Balance del Gobierno

Runrún por César Alcalá

La Razón
La RazónLa Razón

Desde el pasado lunes estamos en una situación transitoria hasta el 25 de noviembre. La política catalana queda en «stand by». Una situación complicada teniendo en cuenta como está la economía a nivel nacional. Unos pocos nos han llevado a este estado y no nos lo podemos permitir.
Ahora aparecerán en la Prensa y los medios de comunicación posibles coaliciones electorales. Todas ellas bajo una misma premisa: la independencia. No les importa otra cosa. No miran sus postulados políticos –si es que los tienen– y buscan un único objetivo. Esto es, no perder un cierto bienestar económico. Uniones como estas están condenadas al fracaso. Antes de desaparecer, coalicionarse. Así no se construye un proyecto de futuro. Aunque, claro, muchos de ellos sólo piensan en su propio interés y les importa muy poco el futuro de Cataluña.

Son tiempos difíciles y complicados. Por mucho que algunas voces clamen que lo mejor es la independencia, estas voces están guiadas y tergiversan la realidad. Se dirán mil y una barbaridades. Ninguna de estas voces explicará la verdad. Como ocurre muchas veces, a la sociedad se le explicarán verdades a medias para que se trague unos postulados y vote sin pensar que eso es o no es falso. Lo importante es el voto, permanecer y dejar a la ciudadanía al margen.

Por suerte las aguas volverán a su cauce tarde o temprano. Estos clamores independentistas están inversamente ligados a la economía. Cuando la situación económica cambie, estas voces enmudecerán. Porque el problema es económico y no separatista. Más aún, todo este runrún puede dar un giro positivo el 22 de octubre.