La suspensión de vuelos prolonga la tensión en Barajas

Así lo manifestaba un colombiano que llegó a Barajas el pasado viernes desde Cancún y que aun no sabe cuando será "retornado"y al que los funcionarios policiales le impidieron la entrada en España porque había sido expulsado hacía 4 meses.

Gabriel A. se mostró comprensivo con la prolongación de su estancia en la denominada Sala 3 por el cierre del espacio aéreo y dijo entender que los policías "desconozcan cuando podremos volar, pero eso no les da derecho a maltratarnos y a zarandear a una mujer".

Según su relato, los hechos se originaron anoche cuando los agentes mandaron a los inadmitidos a dormir "de muy malos modos, por lo que una mujer protestó, se lió todo y varias personas sufrieron crisis nerviosas, entre ellas, dos niñas".

Estas menores son las hijas de una mujer venezolana, que llegó el jueves desde Caracas con sus hijas de 9 y 7 años y su suegra, y a la que se abrió un expediente de rechazo por no tener la Carta de Invitación.

Tampoco esta mujer sabe cuando regresará a Venezuela, que "es lo único que quiero ahora. Salir de aquí cuanto antes", aseguró, mientras relataba que en la sala hay, al menos, una decena de venezolanos, tres mexicanos, otros tantos brasileños, además de colombianos y ciudadanos de otras nacionales.

El protocolo establece que los rechazados son embarcados en el primer vuelo de la misma compañía con la que viajaron a Barajas que salga hacia su destino de origen.
Esto no ha sido posible, ya que entre las 17.00 horas del viernes y primeras horas de la tarde del sábado el espacio aéreo de Barajas estuvo cerrado y no se operaron vuelos, por lo que se han prolongado las retenciones de estas personas.

Hasta el pasado mes de octubre, los brasileños fueron el colectivo con mayor número de expedientes de rechazo en lo que va de 2010, con 1.505; seguidos de los argentinos, con 654; de los paraguayos, con 646 y de los venezolanos, con 619.

Los no admitidos en la frontera de Barajas son trasladados a unas salas ubicadas en las terminales 1 y 4, propiedad de AENA y custodiadas por el Cuerpo Nacional de Policía y por vigilantes de seguridad del aeropuerto, donde permanecen hasta que sale su vuelo
Para atender a estas personas, cada día se personan en el aeropuerto cuatro letrados, ya que la legislación establece que estos tienen derecho a ser asistidos por el turno de oficio, aunque, en el caso de ser necesario, esta cifra se incrementa.

El Gobierno modificó en 2007 las medidas de control para entrar en el territorio español, con la modificación de los requisitos para la expedición de la Carta de invitación y los medios económicos que hay que acreditar.

En la actualidad, la Carta de Invitación se tramita en la comisaria del lugar de residencia de la persona que invita y su gestión se puede prolongar durante un mes.

Para entrar en España, el viajero deberá de disponer de 62,40 euros por cada día de estancia prevista, aunque, en ningún caso la cantidad podrá ser inferior a 561, lo que supone un 90% del salario mínimo interprofesional vigente en España.