Nueva York

Gas recupera y triunfa

Temporada del LiceoL'elisis d'amore, de Donizetti. Con N. Cabell, J. Camarena, À. Òdena, S. Alberghini y E. Bayón. Director musical: D. Callegari. Director de escena: M. Gas. Gran Teatro del Liceo. 11-XI-2012.

Nicole Cabell y Javier Camarena, en un momento del montaje
Nicole Cabell y Javier Camarena, en un momento del montajelarazon

La recuperación de producciones propias no sólo va a ser una práctica cada vez más habitual en los teatros españoles debido a la crisis sino que debería ser una de las premisas cuando se deban hacer encargos de otras nuevas. El éxito obtenido en la temporada 97-98 y reafirmado en la 2004-05 se ve consolidado en este inicio de temporada. La producción ideada por Mario Gas sigue siendo atractiva, a pesar del cambio de época a la Italia de Musolini y de su ubicación en una gran ciudad, además de mantener una dirección de escena rica y variada en los detalles, divertida y moderna, pero que cuida con esmero que el público se sorprenda y disfrute. Para ello se contó con un reparto muy joven y hasta cierto punto desconocido: contó hasta con tres debuts. Destaca la relevancia del joven tenor mexicano Javier Camarena, una realidad que ya triunfa en escenarios del prestigio de la Ópera de Zurich, Viena, París y del Met de Nueva York, y que presenta un Nemorino de voz muy bella, cuidada y de emisión homogénea en todo el registro, capaz de llegar y emocionar al público que le ovacionó largamente tras «Una furtiva lagrima». A su lado la joven pero consolidada soprano Nicole Cabell como Adina, triunfó en gran medida gracias a una voz aterciopelada y elegante, quizás demasiado sofisticada para el rol, pero con unos agudos muy cuidados y una destacada técnica, que sólo se vio mermada por una proyección canora y una dicción del italiano algo justas. Además de un timbre de color algo velado y oscuro, que mereció grandes aplausos y bravos al final de la función. Destacar también el excelente debut del bajo-barítono Simone Alberghini con un Doctor Dulcamara realmente apreciable. Àngel Òdena aportó madurez, temperamento y suficiente picardía a Belcore y Eliana Bayón destacó como una interesante y solvente Gianetta. Danielle Callegari desplegó entusiasmo, belleza y bastante corrección desde el foso y el Coro cumplió con eficiencia en su papel del pueblo italiano. Una divertida producción, con un reparto lleno de aciertos, que causó el entusiasmo del público.