Londres

La guerra del fútbol por Julián Redondo

La Razón
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Barlovento, sotavento, la botavara, la mayor… oro del «Xiquitas Team» –Támara Echegoyen, Sofía Toro y Ángela Pumariega–, navegantes que darían la vuelta al mundo en las Tres Carabelas; y, si se lo propusiera, Saúl Craviotto remando, perseguido por Sete Benavides y Teresa Portela. Esfuerzo agónico, el ácido láctico más elevado que el precio de la gasolina, ni un gramo de energía, la extenuación… colosos como el ruso Kyrdyapkin, como Bolt, y hombres como Jesús García Bragado o Benjamín Sánchez. Todos dan sentido a los Juegos, impermeables al fenómeno mediático Neymar, vibrantes con la final que México ganó a Brasil, nostálgico de esa medalla que no tiene, de un valor incalculable, como un récord en 5.000 o el bronce de Maider Unda. Todos deportistas. Ruth Beitia, disfrazada de Ave Fénix, el balonmano femenino empeñado en hacer historia; todos, en las antípodas de «La guerra del fútbol», la de Kapuscinski y la que se nos echará encima cuando se estén apagando las luces de Londres.