Los profesores de los hijos del líder de UGT dan más de 20 horas de clase

MADRID- Los docentes de los institutos públicos de Secundaria de la Comunidad de Madrid han secundado esta semana paros como protesta por la decisión de la Consejería de Educación de ampliar de 18 a 20 el cupo de horas lectivas que debe impartir cada profesor por semana. A la cabeza de la marcha el secretario general de UGT, José Ricardo Martínez, quien, sin embargo, tomó la decisión personal de matricular a sus hijos en un centro educativo privado por el que abona una media de 400 euros mensuales por alumno.

Los profesores de la «pública» cuentan con las grandes organizaciones sindicales como plataforma para sus reivindicaciones, sus manifestaciones han sido seguidas por los informativos y sus paros han sido aprovechados por los grupos políticos en la oposición para descargar toda su artillería contra el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, que dirige Esperanza Aguirre. Pero ni Martínez ni los responsables de Educación con su sindicato se han preocupado estos días de la situación de otros docentes, como los del colegio Arturo Soria, y ya hay quien ha querido, desde su propio sector, darles un tímido tirón de orejas. Desde CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza, que agrupa a unos seis mil colegios e institutos de toda España), Isabel Bazo comparaba ayer las condiciones laborales de los profesores funcionarios con las de los docentes empleados en centros educativos de gestión privada. En síntesis, Bazo explicó que los trabajadores de la educación privada trabajan más horas, con horarios que en ocasiones se pueden alargar hasta por la tarde –situación que en la Secundaria pública no se produce–, y reciben peores retribuciones que sus compañeros de la enseñanza pública, cuya jornada semanal se alarga hasta las 37,5 horas por ley (jornada marcada para todos los funcionarios), entre clases, tutorías, guardias o preparación de las horas lectivas. En cuanto a las horas de clase, una orden estatal que regula desde 1994 el funcionamiento de los institutos permite «llegar excepcionalmente a 21» mientras que en la privada la ratio de horas lectivas por profesor es de 25.

«Si fueran sensatos, no convocarían más paros. Se han reivindicado más cuestiones laborales que educativas, ha sido claramente una huelga política», manifestó Bazo, quien calificó de «huelga política» los paros de Madrid.