Bruselas

Los repetidores nos cuestan 3000 millones

La Razón
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Con las arcas públicas bajo mínimos y con la sombra de Bruselas y de los mercados presionando a España para que controle su abultado déficit, toca apretarse el cinturón y la Educación no ha conseguido librarse de los recortes, en buena medida, porque supone uno de los principales gastos. En este sentido, el Gobierno ha mostrado todo su empeño en que, a pesar de que las medidas afectan a prácticamente todo el mundo, sean los «malos estudiantes» universitarios los que sufran más las consecuencias de los recortes, mientras que se beneficie a aquellos que se esfuercen y obtengan la excelencia. Y es que, según los cálculos del Gobierno, el fracaso universitario –un 30 por ciento– cuesta unos 3.000 millones de euros anuales a las administraciones públicas, es decir, el mismo dinero que se prevé ahorrar con todos los recortes en todas las etapas educativas. No obstante, los rectores de las universidades públicas españolas no comparten en absoluto la elevada cifra señalada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, y rebajan el dato de universitarios que no acaban nunca una carrera hasta el 5 o 7 por ciento. El motivo, según los rectores, es que en los cálculos del Ministerio se incluyen también aquellos estudiantes que cambian de titulación.

Lo que es un hecho es que, según datos de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), los universitarios españoles apenas consiguen aprobar dos tercios de los créditos de los que se matriculan. Así, en el curso 2008-2009 –último año del que hay datos oficiales– cada estudiante se matriculó, de media, en 60,11 créditos, de los que sólo puedo aprobar 38,58, es decir, el 64,18 por ciento. Esto, indudablemente, supone un enorme despilfarro para las universidades, que tienen que dedicar muchos más recursos a un alumno que tarda siete años en terminar una carrera que a otro que vaya a curso por año. De ahí que el Ejecutivo haya decidido penalizar a los repetidores subiendo el precio de las matrículas. En primera matrícula, el universitario pasará de pagar el 15 por ciento del coste real de la plaza a entre el 15 y el 25 por ciento. En segunda matrícula pagará hasta el 40 por ciento; en tercera, hasta el 75 por ciento; y en cuarta podría llegar a pagar el coste total de la enseñanza.