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Olímpicos

La Razón
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En 2020, previsiblemente, habremos salido de la crisis. Para eso hemos de suponer que los países europeos habrán acometido ya las reformas sociales y económicas que aligerarán el peso y las regulaciones de unos gobiernos asfixiantes. Aun así, esos mismos países europeos no habrán recobrado para entonces la relevancia cultural, ni el peso económico, ni la importancia política que mantuvieron durante siglos. El mundo habrá cambiado, mucho y para siempre. Los herederos de aquella gran ambición hemos preferido el estado del bienestar, la dulce mansedumbre de la infantilización masiva, y para entonces, para 2020, habremos perdido ya cualquier posibilidad de hegemonía. España, que iba para país de primera categoría a principios de siglo, pasó luego (es decir, ahora) a un nivel próximo a la irrelevancia. La celebración de los Juegos Olímpicos en Madrid, en 2020, significará que los españoles no nos habremos resignado a esa situación. Por eso es importante apoyar la candidatura de Madrid 2020. Hay otros datos. Las inversiones necesarias están realizadas en un 80 por ciento, lo que indica que España, y Madrid, ya están preparados, nueve años antes de la posible celebración del acontecimiento. Los Juegos Olímpicos, que –claro está– requerirán un esfuerzo considerable, vendrán también a corroborar una excelente situación previa, que ni la crisis ni el Gobierno socialista habrán podido arrasar del todo, a pesar del esfuerzo que este último ha hecho. Madrid, por otra parte, necesita estar en el mapa olímpico para apuntalar su naturaleza de ciudad global, capital de un país abierto y dinámico. Madrid no puede ser la única gran capital europea en la que no se hayan celebrado los Juegos Olímpicos. Además de otras muchas cosas, es de por sí una de las grandes capitales del deporte mundial y lo merece.