
Audiencia Nacional
Usabiaga directo a la cárcel
La Audiencia insiste en que fue «receptor de las órdenes de ETA, en cuya organización terrorista está inserto». El «gran riesgo de fuga», uno de los motivos de la decisión

«No he sido nunca integrante de ETA ni mucho menos dirigente, he sido un sindicalista apegado a su pueblo, que ha luchado por él». Éste fue uno de los argumentos centrales esgrimido por el ex secretario general de LAB para intentar evitar su ingreso en prisión para cumplir la condena de diez años de prisión que le ha impuesto la Audiencia Nacional como miembro de la banda terrorista, en grado de dirigente, por participar de forma activa en el intento de reconstrucción de la ilegalizada Batasuna a través del complejo denominado Bateragune. Sin embargo, no convenció al Tribunal y a primeras horas de la tarde, Usabiaga, que llegó a la sede judicial arropado por destacados miembros de la izquierda aber-tzale para que se le notificase la sentencia, abandonaba la misma en un furgón policial camino de la prisión de Soto del Real.
Una vez que recibió la resolución judicial, se celebró una «vistilla» para decidir sobre su situación personal, tal como informó este periódico en su edición de ayer, en la que tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron su ingreso en prisión sin fianza por la gravedad de la pena impuesta y porque los otros cuatro condenados por esta causa, entre otros Arnaldo Otegi –condenado también a diez años– se encuentran privados de libertad desde hace dos años. La defensa, por su parte, pidió que se mantuviese a Usabiaga en libertad y negó que existiese riesgo de fuga: «Ha tenido cuatro días desde que conoció la sentencia, tiempo suficiente si hubiera pretendido eludir la Justicia».
El propio Usabiaga aseguró a la Sala ese extremo, al afirmar que «conmigo no tendrán pega de que pueda eludir ni ahora ni antes la Justicia. Siempre he dado la cara».
Sin embargo, el Tribunal no estimó ninguna de sus razones y le mandó directo a la cárcel con cinco razones de peso: gravedad de los «hechos perpetrados» por Usabiaga, la «elevada» pena, diez años de cárcel, el «aumento de riesgo cierto de fuga» y de reiteración delictiva, y que ya no es «imprescindible su ayuda» para que su madre pueda estar debidamente atendida, –que era el motivo por el que disfrutaba de libertad provisional–.
Ayuda para huir
Así, respecto al riesgo de fuga, el Tribunal señala cómo después de la sentencia, y hasta en tanto en cuanto no se pronuncie el Tribunal Supremo respecto al recurso que interpondrán los condenados, «la expectativa de sustracción a los tribunales» se ha «acrecentado». Y ello, porque, añade la resolución, «ha demostrado su capacidad de relación con personas y organizaciones que pudieran facilitar que aprovechara» para huir.
Sobre los «cuidados que dispensa a su madre», que el Tribunal «no duda» que ha cumplido, se destaca que la situación de Usabiaga es en estos momentos «bien diferente», habida cuenta de la condena impuesta. Y, sobre todo, porque su madre «no precisa de la imprescindible ayuda» que le prestaba, ya que «puede ser atendida por otros familiares y allegados».
De esta forma, Usabiaga permanecerá en prisión hasta que resuelva el Supremo el recurso, lo que se producirá antes de que cumpla la mitad de la pena impuesta –ya estuvo seis meses en prisión provisional–, que es el máximo legal previsto.
Tres motivos
1.- Gravedad de los hechos
Actuó como «sujeto directamente receptor de las órdenes impartidas por ETA –en la que está inserto– a la Izquierda Abertzale»
2.- Igualdad de trato
Mantenerle en libertad sería una «evidente desigualdad» respecto a otros condenados a penas menores y que llevan dos años en prisión provisional
3.- Riesgo de fuga
Ha demostrado su capacidad de relación con personas y organizaciones que pudieran facilitar que aprovechara» la libertad para huir
El cuento de la madre dependiente
Sólo una persona, el juez Garzón, se creyó el motivo que Usabiaga esgrimió en abril de 2010 para salir de la cárcel: cuidar de su madre. Entre otros motivos, porque no existía ningún expediente que confirmara la supuesta dependencia de su madre que, además, vive rodeada de familiares que podían hacerse cargo de ella. La Fiscalía de la Audiencia tenía sus dudas y pidió informes policiales sobre sus actividades. En ellos queda demostrado que prácticamente no veía a su madre, apenas cuidaba de ella y, sobre todo, que aprovechó su libertad para mantener reuniones con miembros de la izquierda abertzale y formar parte de la creación de Sortu de cara a las pasadas elecciones municipales.
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