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Raquel Martos: «Me costaría besar a Berlusconi»

Profesión: periodista. Nació: en Madrid. Por qué está aquí: su primera novela, «Los besos no se gastan» (Espasa).

Raquel Martos: «Me costaría besar a Berlusconi»
Raquel Martos: «Me costaría besar a Berlusconi»larazon

–«Los besos no se gastan». Y menos en tiempos de crisis...
–Quizá sea lo único que no pueden recortarnos.

–Hay algunos que no gastan ni en besos...
–En general, nos guardamos mucho los afectos pensando si la otra persona merece o no nuestro beso. Yo soy muy besucona, y es sanísimo.

–¿Sanísimo? Te pueden pegar un catarro...
–Hombre, no hay que besar cuando se está moqueando.

–Novela de sentimientos y lealtades en estado puro, o sea, que no salen políticos...
–Ni uno. Los políticos dejan los sentimientos y las lealtades en casa.

–Novela sobre el amor que nunca se agota...
–El amor de madre no se agota, la amistad de verdad no se agota. Lo que se agota es la pasión de la pareja, que es cosa de cuatro o cinco años.

–Dice Antonio Gala que el amor es un trastorno mental transitorio...
–Sí, todos nos volvemos tontos cuando nos enamoramos.

–Ya puestos, defíname el beso.
–Una caricia del alma. Y un besazo, cuando das el alma por la boca.

–No sé si la española cuando besa es que besa de verdad...
–No, y hace bien: no siempre hay que besar por amor, también conviene hacerlo por duro deseo, por darle alegría al cuerpo.

–¿Un beso que no le gusta?
–El que se emplea para ascender o para que te den un trabajo.

–¿A quién le costaría más besar?
–A Berlusconi.

–¿Su beso inolvidable?
–El primero que di a cada novio que he tenido. No fueron muchos.

–¿Rajoy y Rubalcaba deberían besarse?
–Si no llegan al beso, al menos podrían ponerse de acuerdo.

– ¿Cómo es el beso fingido?
–El que se da a un metro de distancia, muá, muá.

–Sin ruborizarse: ¿a quién se comería a besos?
–A Clive Owen.

–Ya ve: él prefiere las hamburguesas…