Barcelona

La mujer fallecida pidió levantar la orden de alejamiento

El marido de la mujer hallada muerta en Tarragona junto a sus dos hijos, Abdslam, tenía una orden de alejamiento de su pareja desde otoño del 2009, y había estado ingresado y en tratamiento por problemas psiquiátricos, ha confirmado hoy el alcalde de Tarragona. La autopsia determina que la mujer y los dos niños muertos fueron apuñalados

Unas 150 personas se han concentrado hoy al mediodía en silencio frente al ayuntamiento para mostrar su rechazo a este triste suceso. Entre los concentrados, figuraban el delegado de la Generalitat en el Camp de Tarragona, Xavier Sabaté; el alcalde tarraconense, Josep Fèlix Ballesteros; los concejales, vecinos, y el director y los profesores del colegio Pau Delclòs, al que asistían los dos pequeños fallecidos.

En declaraciones a la prensa tras el minuto de silencio, Ballesteros ha confirmado que Abdslam "tenía una orden de alejamiento desde otoño del 2009", y que sufría problemas psicológicos"que le obligaron a estar ingresado y a seguir tratamiento. Su mujer, según Ballesteros, pidió en diciembre pasado que se levantara esta orden de alejamiento, y el juez se negó.

"Hasta estos hechos, el comportamiento de la familia había sido razonablemente normal, sobre todo el de la mujer y los niños", ha dicho Ballesteros, que ha destacado que "no tenían más familia en Tarragona", y que vivían en un piso de su propiedad, con hipoteca, aunque el marido estaba en estos momentos en el paro.

Por su parte, Xavier Sabaté ha lamentado que "aunque se pusieron todas las medidas posibles"y que el servicio de atención a las víctimas de los Mossos seguía el caso y se había intentado poner en contacto con ella en diversas ocasiones, no siempre con éxito, "el sistema falla y no siempre se pueden controlar al 100 por 100 este tipo de comportamientos".

Sabaté ha confirmado que pese a que la orden de alejamiento estaba vigente, "parece ser que en algunos momentos y durante un tiempo habían convivido"la víctima y el presunto agresor.

Asimismo, Ballesteros ha recalcado que el ayuntamiento ha puesto a disposición de los vecinos del bloque y de la zona "el asesoramiento y el apoyo que necesiten", y ha añadido que el consistorio estudia "presentarse como acusación particular"en este caso, que podría ser el octavo de violencia machista en Cataluña en lo que va de año -y el segundo en Tarragona en el mismo período-.

Por otra parte, fuentes de la investigación han confirmado que esta mañana se ha hablado ya con el cónsul de Marruecos en Barcelona y se están vigilando las fronteras para evitar que el supuesto culpable huya, si es que aún no lo ha hecho.

Estas mismas fuentes han confirmado además que los menores tenían 2 años -el niño- y 6 años -la niña-, y cursaban P-3 y primero de Primaria, respectivamente, y que antes de en la calle Reial habían residido en el edificio Riba i Garcia, del barrio de Icomar, derribado en 2009.

Empadronados en Tarragona desde 2004, llegaron a esta ciudad procedentes de Lérida.
Asimismo, los niños no iban a clase desde el pasado miércoles -el lunes y el martes no fueron días lectivos-, y por ello el colegio se puso en contacto con una familia amiga para ver si sabían si les pasaba algo o sabían alguna cosa de ellos, aunque tampoco llevaron a cabo ninguna otra gestión, según estas mismas fuentes.

El principal sospechoso es la ex pareja de la mujer, que está desaparecido y que podría haber huido a Tánger (Marruecos), su ciudad de origen, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras del caso.

Los cadáveres fueron encontrados en un avanzado estado de descomposición dentro de la bañera y cubiertos de yeso y cemento, lo que encubrió durante varios días el olor que desprendían. El triple crimen ha conmocionado a la ciudad de Tarragona y el ayuntamiento ha decretado mañana, martes, un día de luto oficial para expresar su pésame y condena.

La mujer, de 26 años, llevaba meses separada de su pareja, con la que ya no convivía después de un episodio de malos tratos. Según han explicado fuentes cercanas al caso, entre la pareja han habido varios casos de violencia y de hecho al marido se le había detenido en varias ocasiones.

La mujer había pedido al juez en diciembre de 2009 que levantara la orden de alejamiento que pesaba sobre su pareja, pero el magistrado denegó su petición. Algunos vecinos han asegurado a Europa Press que, tras la ruptura familiar, el hombre --bastante conocido en el barrio por su cojera y por una grave quemadura en el brazo-- ha padecido trastornos psicológicos e incluso ha sido ingresado en dos ocasiones en el hospital psiquiátrico Pere Mata de Reus.