Primera División

Equipos Primera División

Cuentas opacas

La Razón
La RazónLa Razón

Joan Laporta creyó que desde la presidencia del Fútbol Club Barcelona podría convertirse en el líder político de Convergencia i Unió y la pifió. De perdidos, al río. Ahora ha pretendido unir bajo su figura a toda la zona independentista. Y tampoco ha conseguido tal objetivo. Así y todo, se va a presentar a las próximas elecciones. En plena campaña de búsqueda de adhesiones le ha salido el problema de la situación económica en que ha dejado al club. Y lo peor no es que la deuda haya aumentado considerablemente, sino que sus cuentas no son correctas. Los clubes de fútbol, aquellos que no han sido convertidos en sociedades anónimas deportivas, tienen entre sus directivos especialistas en ingeniería financiera. Son quienes nos hurtan las cuentas de la vieja que son las que entendemos todos. Nos llevan al terreno de los mensajes para técnicos con los que pretenden hacernos creer que los perros se atan con longanizas. O sea, que cuando todos creemos que la cuenta de resultados es negativa ellos la convierten en positiva. Es el artificio por el que los dirigentes se escapan de la obligación de hacer frente a la deuda con el aval con que llegaron a la candidatura. La historia está repleta de presidentes que se marcharon de rositas dejando detrás la ruina. Los expertos de Laporta han aplicado a su contabilidad ingresos futuros y con maniobras de este tipo han afirmado que su gestión ha sido positiva. Joan Laporta tendrá difícil mantener ante los electores catalanes su capacidad de gestión. Le echarán en cara que haya dejado la deuda del Barça en 452 millones de euros netos.