El nuevo presidente del CGPJ: «No gastaré un euro de más»

«Es difícil pero posible recomponer la compleja situación creada» en el Consejo General del Poder Judicial y restaurar las «heridas» provocadas por la crisis abierta por toda la polémica suscitada tras los gastos de viajes cargados al CGPJ por Carlos Dívar, una vez que se ha superado una «travesía del desierto bastante complicada», y, de esa forma recomponer la imagen del órgano de gobierno de los jueces y que la sociedad vuelva a confiar en el mismo. Éstos fueron los principales mensajes que dejó el nuevo presidente del Consejo y del Tribunal Supremo, el magistrado Gonzalo Moliner, quien ayer tomó posesión de ambos cargos en un acto solemne que se celebró en el Supremo ante los plenos de ambas instituciones. A la cita asistieron, entre otras autoridades, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del TC, Pascual Sala, y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.

En su primera comparecencia pública, Gonzalo Moliner –hasta ahora presidente de la Sala Social del Supremo– se comprometió a defender la independencia del Poder Judicial y por mejorar la situación de los casi cinco mil jueces que integran la Carrera.«Nuestro compromiso lo es con la sociedad y los jueces, y lograr una independencia que sea más eficaz». En relación con la propuesta del Ministerio de Justicia, aunque la realidad es que la única propuesta que existe hasta ahora es la de la Comisión de Expertos que se presentó en Consejo de Ministros, sobre la reforma del Consejo, el nuevo presidente se limitó a señalar que Justicia le remitirá esta semana un texto y que será entonces cuando pueda estudiarlo. En todo caso, confía en llegar a un acuerdo con Justicia.

Moliner restó importancia al hecho de que varios vocales pertenecientes a su misma asociación, Jueces para la Democracia, no le respaldaran con su voto: «En mi familia –aludiendo a JpD– ha habido de todo, como en botica, hay de todo en las mejores familias, también me han votado otros que no son de mi familia», en referencia a consejeros «conservadores» que sí le avalaron. Por ello, dijo, desde ahora es «el presidente de todos», y, a la vez confirmó en sus cargos a Fernando de Rosa y Gabriela Bravo como vicepresidente y portavoz del Consejo, respectivamente. En relación con los gastos de sus viajes y la transparencia de los mismos, el nuevo presidente fue tajante al respecto: «Téngalo por seguro, yo no me voy a gastar ni un euro más de lo que me tenga que gastar».

Críticas del Supremo
Por otro lado, se refiriró a las críticas de la Sala III del TS por el «maltrato institucional» sufrido por el Ejecutivo. «Lo que ha pasado con el Supremo es que las formas no se han cuidado, nos han quitado los escoltas, los coches y nos hemos enterado cuando ya estaba hecho», aseguró, cuando lo correcto, en su opinión, hubiese sido consultar antes a los afectados.