Rubalcaba viajará a Marruecos para zanjar la crisis

Sin embargo, aquí en Melilla nadie tiene muchas esperanzas puestas en el encuentro. El Gobierno ha tardado tanto en actuar que la sensación en la ciudad autónoma es de total indefensión. Todos, marroquíes y melillenses, consideran que la frontera de Beni-Enzar, el paso más caliente, «es tercermundista».

Aunque por motivos diferentes. Un matrimonio español comenta que «con esta gente no hay nada que arreglar, es un desastre, no atienden a razones». La Policía también cree que la «dejadez» en Madrid es absoluta cuando toca defender a los agentes.

Una funcionaria municipal dijo a este periódico que «el Gobierno español tiene muy poca vergüenza, la bajada de pantalones con Marruecos es constante. Tienen sus propios intereses que no coinciden con los de Melilla».

Curiosamente, los marroquíes consultados se muestran más optimistas. «Claro que tienen que hablar, hay muy buenas relaciones entre los dos países y la cosa se arregla poniendo un juez en la frontera en lugar de dejar a la Policía hacer lo que le viene en gana con nosotros», dice un comerciante.