La ira de Irán cae sobre Panahi

Un tribunal iraní confirmó hace dos semanas –aunque trascendió ayer por medio de la agencia Afp–, la condena al cineasta Jafar Panahi a seis años de prisión y otros veinte de inhabilitación para ejercer su oficio, en los que no podrá dirigir, escribir guiones, viajar ni conceder entrevistas. Así lo hecho saber un miembro de su familia, que ha explicado que la sentencia aún no se ha hecho efectiva, a pesar de haber transcurrido varios días, y que Panahi sigue en Teherán. El abogado de Panahi aún no ha dado por confirmada la sentencia.

Apoyo internacional
El régimen islamista ha mostrado su rostro más duro con el realizador, condenado en diciembre de 2010 por realizar «actividades contra la seguridad nacional y propaganda contra el régimen», pero pendiente de ver ratificada la sentencia. Lo que motivó la ira de la cerrada autocracia religiosa fue un filme que Panahi realizó inspirado por las protestas que se desencadenaron tras la reelección de Mahmud Ahmadineyad en 2009. En 2010, Panahi ya fue encarcelado por ochenta días. Su familia padeció represalías y él protagonizó una huelga de hambre. Los homenajes que ha recibido en festivales como la Berlinale y Cannes no han servido de nada. Irán ha vuelto a castigar a un cineasta. Y no es el único caso. Una actriz pasará un año en la cárcel y recibirá 90 latigazos por protagonizar una cinta sobre los problemas de una joven artista iraní para viajar a Australia.

Premiado en Cannes y Berlín
Jafar Panahi es uno de los más importantes miembros de la llamada «nueva ola» del cine iraní, junto a Abbas Kiarostami, Bahman Ghobadi y Mohsen Makhmalbaf. El cineasta, de 51 años, ganó la Palma de Oro en Cannes con «El círculo» (2000) y un Oso de Plata en Berlín con «Offside» (2006), entre otras distinciones en prestigiosos festivales. «Juzgarme es juzgar al cine comprometido», aseguró el año pasado. Otros filmes suyos son «El globo blanco» (1995) y «El espejo» (1997).