Medidas económicas
Areces ha multiplicado el gasto público en Asturias durante su mandato
La oposición le ha bautizado como el presidente de los «chiringuitos» por su red de fundaciones.
Después de tres legislaturas de Gobierno, el socialista Vicente Álvarez Areces ha anunciado que no volverá a presentarse como candidato en las próximas elecciones autonómicas. Areces, que llegó al poder gracias a las debilidades del PP, ha confirmado así la salida que hace varios meses le indicó el secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, quien se ha postulado como su relevo. En cualquier caso, detrás deja un balance con sus luces, y con muchas sombras. La oposición le ha bautizado como el presidente de los «chiringuitos» por su disposición a engordar el sector público directamente o a través de entidades o fundaciones de apariencia privada, ya que el Principado no es mayoritario en su accionariado, pero en la práctica no son sino órganos políticos que así dejan de estar bajo control del Parlamento y de la Sindicatura de Cuentas. Desde 2003 hasta 2009 los gastos de funcionamiento de las sociedades públicas, organismos autónomos y entes han crecido en 281,6 millones de euros (sin SESPA y fundaciones), lo que implica un crecimiento anual de algo más de 40 millones de euros. Asimismo, los gastos de personal han aumentado en algo más de 15.918.802 euros, lo que supone un incremento porcentual del 81,36 por ciento desde 2001, según resalta la oposición en un balance presupuestario. Dos cifras que, para la oposición, son el síntoma del despilfarro del Gobierno socialista. La oposición también ha bautizado al Ejecutivo de Areces como el «Gobierno de los modificados», es decir, de los incumplimientos en las previsiones de gasto presupuestadas. El sobrecoste del nuevo Hospital Central de Asturias se ha disparado en un 50 por ciento por encima del presupuesto adjudicado. Y en el centro del huracán aparece, asimismo, GISPASA (Gestión de Infraestructuras del Principado de Asturias), una sociedad intermediaria impulsada por Areces y que se encarga del trabajo que antes licitaban directamente las consejerías. Hay otra Gestión de Infraestructuras Culturales y Deportivas y otra de Infraestructuras. Para el PP no son sino «órganos clientelares», que acaban multiplicando los costes. De hecho, en materia de infraestructuras de carretera, por ejemplo, se ha convertido en un hábito que todas las obras se disparen por encima de su presupuesto al menos en un 25 por ciento. La carretera Y de Bimenes, obra financiada con fondos mineros, no sólo lleva cuatro años de retraso, sino que su sobrecoste alcanza el 72 por ciento y aún no está terminada. Puede parecer contradictorio, pero al mismo tiempo que se multiplicaban los gastos, el Gobierno de Areces, sin embargo, no ha sido capaz de encontrar dónde invertir los fondos mineros que le llegan a la región. Del primer y segundo plan quedan pendientes de inversión alrededor de 700 millones de euros, según denuncia el PP.
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