Estados Unidos

La reforma autonómica por Francisco Marhuenda

La Razón
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La gravedad de la crisis ha conducido a que todo esté en cuestión. Las comunidades autónomas se han convertido en el blanco preferido de las críticas y el símbolo del despilfarro nacional, cuando ninguna administración está libre de pecado. Lo que hay que hacer es racionalizar el Estado, lo que no significa abrazar el centralismo como si fuera la solución de todos nuestros males. Tenemos un Estado excesivo, en todos sus niveles, y es preciso simplificarlo. Por ello, con crisis o sin crisis, es urgente su reforma. Las autonomías han copiado lo peor de la Administración Central y lo han hecho incrementado los sueldos de los funcionarios y los altos cargos, creando estructuras innecesarias, organismos superfluos y empresas públicas como si fueran agencias de colocación para saltarse las normas de acceso a la función pública. Hay niveles administrativos, no sólo en las autonomías, de los que se podría prescindir. No hay más que ver los gabinetes, que no hacen otra cosa que duplicar lo que hacen ministerios, secretarías de Estado o consejerías. Un despropósito y un nido de ambiciones para los que quieren ser ministros, secretarios de Estado o consejeros en lugar de sus titulares.

Es una reforma en profundidad que necesita el apoyo del PSOE, porque en unos sitios gobierna y en otros lo hará en el futuro. A corto plazo es preciso reducir el gasto público, porque es imposible mejorar los ingresos. La recesión no tiene una solución a corto plazo. Rajoy y Rubalcaba afrontan un reto histórico, una palabra que se usa en exceso, que es modernizar unas administraciones públicas que tienen un tamaño excesivo porque se retroalimentan para justificar el trabajo de muchos funcionarios y altos cargos. Las autonomías son imprescindibles en un Estado compuesto como el nuestro y ejemplos como Alemania o Estados Unidos demuestran que puede ser eficaz. Rajoy necesita una oposición que sea un interlocutor viable para continuar las grandes reformas que necesita España y que sin ellas será difícil que nos libremos del desastre de la intervención. Las autonomías generan inquietud en los inversores internacionales. Por ello, una acción conjunta, que no sería otra Loapa, del presidente y el líder del PSOE es el mejor camino.

Francisco Marhuenda