«El bailaor» primer trabajo de Rafael Amargo en solitario

"Estoy muy a gusto solo, me he dado cuenta de que no hace falta tanta gente en el escenario", ha afirmado este miércoles Amargo durante la presentación. Por primera vez, el bailaor aparece huérfano en el escenario, "sin cuerpo de baile"ni otras distracciones visuales que no sean él "frente al toro".

En su viaje por el mundo del flamenco, Amargo hace referencia a palos como la farruca, las soleás de charamusco -"olvidada en los repertorios habituales"_o las seguidillas, un clásico "de toda la vida"que el bailaor se ve obligado a repetir una vez más porque, afirma, "tengo muchos aplausos asegurados".

Además, Amargo incluye en este montaje un pequeño homenaje a la "chanson franaise"con la representación del famoso tema de Jaques Brel, 'Ne me quite pas'. "Con el respeto de los cantantes, si me atrevo cantaré un poco", confiesa el artista, quien aparece esta vez en Madrid con un espectáculo asentado, ya que se presentó por primera vez en Barcelona el pasado mes de mayo.

Por ello, el bailaor se aventura a introducir una improvisación que se alarga cada vez más a medida que su seguridad con este espectáculo crece, en la que se acerca a una comedia que ha descrito como "triste". "Estoy bailando mejor que antes, nunca me quiero ir del escenario, porque de ahí no me echan ni con agua fuerte", bromea el bailaor.

Como broche final, el espectador asistirá a una "fiesta". "'Solo y amargo' termina con positivismo, frescura y tirando p'adelante", destaca el bailaor, quien afirma además sentirse en una "comunión artística"que durará mucho tiempo, porque con este espectáculo ha encontrado "la horma de su zapato".

El diseño de vestuario también añade un toque de sobriedad al conjunto y, a diferencia de otros montajes, en esta ocasión la sastrería ha sido "elegante pero normal", ya que el protagonista del espectáculo no quería "estridencias". "Lo importante es el contacto entre el intérprete y el espectador", recalca.

A su juicio, actualmente "estamos en un momento de cambio, en el que la unión hace la fuerza"--tal y como se ha visto en la "rebelión y sublevación de las plazas"--, donde el concepto artístico de los montajes escénicos dependen de la forma en la que sus creadores quieran enviar sus mensajes al público. En su caso, afirma que con este montaje ha bajado "dos peldaños".

"Ahora represento 80 galas en lugar de hacer 15 y sentarme a esperar a que suene el teléfono, porque solo también se baila", ha declarado. A su juicio, "los momentos de crisis y de soledad fomentan la creatividad, aunque creas que no lo eres porque no puedes incluir grandes artificios".

Con este espectáculo, el artista confiesa haber encontrado la "calma que no tenía como persona", así como la "evolución emocional". "Ahora me estoy dando cuenta de que soy un padre de familia, así que bendito 'Solo y amargo'", concluye.