Berlín

De «Merkozy» a «Merkollande»

La canciller alemana, Angela Merkel, felicitó por teléfono al futuro presidente de Francia, el socialista François Hollande, y le invitó a ir a Berlín en cuanto haya asumido su cargo. El propio Hollande había declarado durante la campaña electoral que, si resultaba ganador, su primera visita sería a Alemania

De «Merkozy» a «Merkollande»
De «Merkozy» a «Merkollande»larazon

BRUSELAS- La canciller alemana, Angela Merkel, ha tenido tiempo de asumir que su liderazgo en la Unión Europea (UE) a partir de ahora tendrá que vestirse con otros ropajes, a tenor del cambio de «partenaire» en París. Si hasta ahora se la había visto bailar sobre la escena internacional con facilidad con Nicolas Sarkozy, las elecciones de ayer en Francia la abocan a los brazos del socialista François Hollande y todo apunta a que sabrán adaptarse a los nuevos tiempos.

Aunque el recién elegido presidente de la República francesa ha pisado en más de una ocasión a su futura socia durante la campaña electoral, especialmente al presentar duras críticas sobre las políticas de austeridad, desde Bruselas no se esperan sobresaltos. Por el contrario, políticos, funcionarios y diplomáticos aguardan el cambio en el Elíseo con la esperanza de que el nuevo dúo permita la entrada de nuevos aires en el fatigado viejo continente.

La mayoría no cree que la política de Hollande sea contradictoria con lo que se ha hecho hasta ahora, ni esperan cambios de rumbo radicales, y por el contrario valoran positivamente la entrada de savia nueva que puede facilitar consensos que hasta ahora habían quedado aplazados ante las exigencias alemanas.

Además, en Bruselas se tiene bien presente que el motor franco-alemán nunca ha dejado de rugir y, de hecho, las parejas de líderes de diferente ideología han dado fruto a grandes avances para la Unión Europea, como fue el caso del ex presidente Giscard d'Estaing (Unión por la Democracia Francesa) y el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt. Del dúo formado por el socialista François Mitterrand con Helmut Kohl, de la CDU alemana; o el del conservador Jacques Chirac con el socialdemócrata Gerard Schröder.

Por otra parte, desde la intencionalidad ideológica, hay quien quiere ver en los resultados electorales galos un presagio de la remontada de la izquierda europea, sobre todo después de que Dinamarca ya haya cambiado de Gobierno para girar hacia la socialdemocracia. Pero quien mira con especial atención hoy a París son los primos hermanos de Hollande en Berlín, donde los socialdemócratas se enfrentarán a la todopoderosa Merkel en las legislativas de 2013. Y eso, pese a que en el seno del SPD el programa de sesenta puntos de Hollande es recibido con reacciones diversas.

Mientras, el ex ministro de Finanzas Peer Steinbrück ha dicho que es «naif» por parte de Hollande reclamar una renegociación del pacto de austeridad, el presidente del partido, Sigmar Gabriel, ha aplaudido los planteamientos del socialista de que hay que intentar salir de la crisis de la deuda alentando el crecimiento.

Por otra parte, la victoria de Hollande inquieta en Irlanda, donde el Gobierno ha llamado a los ciudadanos a votar en el referéndum el 31 de mayo el Pacto Fiscal. Un escenario donde fuera contestado en Francia el denominado «pacto por la austeridad» no ayudaría al «sí». Dublín ha intentado de hecho durante estas últimas semanas un ejercicio de explicación, en el que ha intentado convencer de que el tratado y la unión monetaria son un instrumento para el crecimiento, y no sólo el origen de la tortura presupuestaria.