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Brindis al sol por Sabino Méndez
Aunque viendo los programas del corazón no lo parezca, lo cierto es que las mujeres, pese a las muchas virtudes que las adornan, no pueden hablar sin detenerse de vez en cuando a respirar. Son esos los momentos que los hombres debemos aprovechar.
Es nuestra única oportunidad frente a un tipo de cerebro que, según aseguran los científicos, posee una gran capacidad verbal debido a su superior número de conexiones neuronales. Innecesario decir el importantísimo acontecimiento que ha supuesto la invención del teléfono móvil para esa conformación biológica.
Por eso me parece buena la idea de reclutar a nuestros diplomáticos entre miembros del sexo femenino. Al fin y al cabo, ¿no son esos profesionales los que en algunos eventos usan calzones blancos de satén? Yo confío en que, gracias a la perspectiva de género, esos bárbaros tiempos habrán quedado atrás pero, si aún persistiera en el futuro alguna coronación en Westminster o Botswana que obligatoriamente los exigiera, siempre podremos confiar en que los lucirá con más garbo una señora que un paisano.
Hoy en día, las mujeres están preparadas para enfrentarse incluso a Gadafi, quién no es precisamente un bizcocho mojado (sobre todo cuando viene de una ruidosa colisión con la realidad y los misiles). Pero nuestra ministra de exteriores se empeña ahora en reconocer al estado palestino y eso ya es una obviedad. Que existe es cierto, pero el reconocimiento lo ganará cuando gobierne en democracia, con pacifismo y sin corrupción.
Y no sé si lo más oportuno es ponerse a intentar demostrar eso justo en el aniversario del 11-S. La idea pudiera obedecer a asegurarse los votantes del pañuelo a cuadros. En cualquier caso, se renuncia al centro de cara a las próximas elecciones. ¿Hasta ese punto ellos mismos las dan ya por perdidas?
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