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Seriedad en La Moncloa

La Razón
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¡Suerte! ¡Mucha suerte, la necesitáis! Son las expresiones que dice la gente cuando conocen o reconocen a algún político del Partido Popular. La fatalidad y el miedo a no salir de esta pesadilla se han instaurado en la vida de todos y en lugar de darte la enhorabuena y hacerte algún encarguito de los de ¡a ver si aumentáis las plazas de policías! o el de ¡a ver si es verdad que no bajáis las pensiones! Ahora te dicen suerte y al ruedo porque todos saben y son conscientes de la necesidad acuciante de tomar medidas y de coger el toro por los cuernos.
Hasta hace escasos cuatro años, el presidente electo que ganaba las elecciones disfrutaba de unos días de vacaciones, celebraba el triunfo, hacía promesas –que tal vez nunca cumpliría– y se permitía alguna que otra broma. Ahora la realidad es muy distinta, la responsabilidad que en teoría asume el día que se toma posesión del cargo de presidente, Mariano Rajoy la asumió la propia noche electoral.
Desde el 20-N su mayor preocupación ha sido conocer el estado de las cuentas. Las líneas económicas que va a adoptar las tiene claras: seriedad, austeridad, reformar lo que no funciona y generar confianza. Y ésta sólo se genera con seriedad y rigor. Rajoy, siendo muy riguroso, que lo es, no puede adoptar medidas sin conocer el estado real de nuestras cuentas; no puede anunciar hoy una cosa y mañana otra. El charlatán está bien para las ferias pero no para gobernar. No es lo mismo legislar sobre un déficit del 7 que del 8 por ciento, sobre una deuda pública de 700.000 millones o una deuda mayor.
Supongo que en el transcurso del debate de investidura que se celebra hoy y mañana en el Congreso de los Diputados, nos dará a conocer sus objetivos, la estructura del Gobierno y las principales medidas que adoptará durante su mandato para cumplir con los objetivos de déficit. Pero habrá que esperar al mes de enero, cuando presente la Ley de Estabilidad Presupuestaria y los Presupuestos Generales del Estado para que conozcamos en profundidad las líneas económicas.
Me parece un chiste sin gracia escuchar a Rubalcaba decir que hoy demostrará que el PSOE y el PP no son lo mismo. Eso ya lo dijeron los españoles hace un mes. Dijeron no a la incompetencia, no a las palabras huecas y vacías, y no al socialismo. Esta semana podremos decir que por fin llegó la seriedad a La Moncloa.