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El drama del ladrillo de cerca

«Muchos espectadores se encontrarán con un golpe en las rodillas». No es la frase de un crítico, sino que sale de la boca del director Max Lemcke, que compite con Najwa Nimri por el apellido más exótico de toda la industria nacional.

Una escena de «Cinco metros cuadrados»
Una escena de «Cinco metros cuadrados»larazon

Utiliza este símil el realizador en un doble sentido. Por un lado, el sufrimiento que genera el filme, al tener que luchar junto con la pareja protagonista, que vieron como su entrada y las primeras mensualidades de su hipoteca quedaban reducidas a un triste esqueleto de hormigón que nunca llegará a sostener su apartamento con terraza de cinco metros cuadrados. Como él mismo admite, al final de las proyección, «se necesitan unos segundos para poder compartir esos momentos» tan duros que nos ha hecho vivir. También alude a la sorpresa que genera seguir a este tándem del humor (Fernando Tejero y Malena Alterio) por las laderas del drama.

Cambio de registro
«Para el personaje de Virginia visualicé desde el principio a Alterio, que ya había hecho una pequeña participación en "Casual Day"», el anterior trabajo de Lemcke, confiesa el director. Sin embargo, con Fernando Tejero tuvo sus dudas y mucho tiempo para pensárselo, pues el rodaje se aplazó en varias ocasiones por falta de financiación. «Tejero se volcó en este papel. Se lo merecía», confirma el realizador, que acertó al permitir que cambiara de registro, a la vista de las críticas y del Premio al Mejor Actor en el Festival del Cine Español de Málaga, donde esta película obtuvo también el máximo galardón.

«Cinco metros cuadrados» es también una lucha contra los gigantes del poder, la que emprende Tejero contra el constructor que le dejó sin casa y sin ilusiones. Una batalla en la que va perdiendo progresivamente aliados, entre ellos su pareja, interpretada por Alterio: «Es la vida misma . Incluso ella se aparta porque se ve como la Petrita de "El pisito", que se le ha pasado lo mejor de la vida y no tiene nada».

 

Españoles medios
El secreto de su éxito como pareja cómica es que «reflejan perfectamente al español medio», según considera el director. Lo saben bien los millones de españoles que les rieron las gracias varias temporadas en «Aquí no hay quien viva» (en la imagen). Su compenetración es tal que Alterio confiesa haber llamado «Fernando» a su novio.