España
«El 90% de las enfermedades tiene un inicio psicológico»
-«Amor, sexo y mentiras» es su tercer libro. ¿Qué tiene que ver con las dos anteriores?
-Todos tienen un denominador común: las relaciones humanas. Ahora bien el último está más unido al segundo, en el que por pudor no fui capaz de tocar el tema del sexo, y eso me obligó a lanzarme a escribir sobre el tema.
-¿Son historias de parejas?
-Son veintitantas relaciones de pareja, ficticias pero basadas en la realidad. Son autorreflexiones que las parejas no suelen hablar entre sí. Como dice mi editor: cuento lo que los demás callan.
-¿Llevar una vida sexual sana es similar a llevar una vida sana?
-Como decía el creador de la homeopatía, el noventa por ciento de las enfermedades tiene un comienzo psicológico. Un enfermo ya está enfermo antes de que lleguen los síntomas físicos. Primero aparecen la tristeza, la desesperación, la falta de estímulos, de alegría… y una relación sexual sana quiere decir que hay muchísima comunicación en la pareja lo que hace que no aparezcan esos síntomas.
-¿Por qué las parejas no hablan entre ellas?
-La mayoría de las veces por miedo al abandono. Parece absurdo, pero las parejas son capaces de tener intimidad sexual y, sin embargo, son incapaces de decirse ciertas cosas.
-¿Cosas que sí se hablan con otras personas?
-Claro, con compañeros de trabajo, con amigos… porque a tu pareja la tienes clasificada con un determinado cliché que te impide la intimidad real; con el tiempo catalogas al otro y ya no das pie a conocer más aspectos del mismo.
-¿La infidelidad se da mucho?
-Mucho. Hay gente que la siente de forma muy esporádica, pero la siente. Que se acabe en la cama o no ya es otra historia, pero prácticamente todo el mundo ha sido infiel alguna vez.
-Me asusta…
-El problema de la infidelidad es que cuando se mira fuera es porque hace mucho que no se mira dentro, y eso es ya se ha perdido esa comunicación que para mí es vital.
-¿Esto pasa sólo en España?
-Pasa en todas partes. A veces pensamos que las parejas del norte de Europa hablan más, pero no es cierto, las mujeres puede que sean más desinhibidas, lo que hace que el amor resulte más técnico, pero a la hora de la verdad siguen teniendo las mismas cortapisas a la hora de hablar con sus parejas.
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