Los Borgia más villanos que nunca

En la primera entrega de la serie acompañábamos a Altair, su protagonista, por la Tierra Santa del siglo XII como miembro de los Hashshashin durante la Tercera Cruzada. Dos años después, en su secuela, nos trasladábamos a la Venecia renacentista del siglo XVI de la mano del joven asesino Ezio Auditore. «Assassin's Creed: La Hermandad», disponible para Xbox 360 y Play-Station 3, más que una tercera entrega se puede calificar como un «Assassin's Creed 2,5», ya que la historia continúa en el punto en el que quedó el pasado año, sólo que en lugar de pasearnos por Venecia lo hacemos por una sombría Roma dominada con puño de hierro por la familia Borgia. Una excusa perfecta para que nuestro héroe se cruce con celebridades como Maquiavelo o Da Vinci, así como los Borgia al completo capitaneados por Rodrigo, César y Lucrecia.

Perfecto antagonista
Según declara a LA RAZÓN Jeffrey Yohalem, guionista de la saga, «al documentarnos sobre este periodo vimos cómo César era el antagonista perfecto. Los Borgia eran famosos por la manera en la que oprimían a sus conciudadanos y cómo realizaban los peores crímenes sólo para conseguir más poder e influencia. También las extrañas relaciones entre los propios miembros de su familia eran perfectas para el drama». Con Roma dominada por Alejandro VI (Rodrigo Borgia) y la represión reinante, Ezio recluta entre los más desfavorecidos a un ejército para combatir al poder establecido. Pero no todo lo conseguiremos por la fuerza bruta, tan importante es ésta como el sigilo. Para ello el jugador deberá analizar cada jugada y evitar caer bajo el poderoso ejército que protege al pontífice romano.
El pueblo de Viana en Navarra será testigo del gran combate entre Ezio y Cesar Borgia. Explica Yohalem: «El final de esta familia corrupta terminó en Viana y para mantenernos fieles a la historia tuvimos que irnos allí. Esto nos permitió tener una escena de batalla fantástica entre las tropas castellanas y las de los Borgia, que contrasta con el espléndido paisaje español». Pero el fin del juego no es el de la serie. «Vamos a seguir explorando los límites posibles de la historia para que todos analicen la realidad en la que viven y cuestionen a quienes están en el poder. Estamos narrando una historia como lo haría una serie de TV, evolucionando constantemente». Un futuro que, si bien no se descarta su pase a la gran pantalla, a Yohalem no le interesa: «Si llegara a ocurrir, no sería importante para mí. Creo que para contar historias, en la actualidad, el mejor medio son los videojuegos».