Marbella
Julián Muñoz: «No crucé ni una mirada ni una palabra con Isabel» por Miguel Temprano
Así se perpetró Fecha: 28/06/2012 .Titular: Isabel Pantoja se sienta ante el juez en una pieza separada de la «operación Malaya». Al descubierto: cómo fue el encuentro de Muñoz con sus dos ex mujeres.Quién gana: cuando se conozca la sentencia, se sabrá.Quién pierde: Isabel Pantoja. Es la que más tiene que perder de los tres en imagen pública.
El pasado jueves 28 de junio no pude seguir en directo la llegada de los «blanqueados» a los Juzgados de Málaga. Solo por la tarde tuve un hueco y oí hablar de que Julián Muñoz Palomo, antiguo alcalde de Marbella, se había acercado a la Pantoja para saludarla amable y cortesmente en los pasillos antes de comenzar la primera jornada de la «separata» del Juicio de Malaya, conocido estelarmente por «Caso Blanqueo». Qué teatral queda lo de separata. Como teatral ha sido la entrada y salida de los juzgados de la madre de «Mi pequeño del alma», Paquirrín, o DJ Kiko para los poligoneros… ¡Qué papelón como «artista invitada» le ha regalado Julián Muñoz en el mitad largometraje, mitad «reality» que llevamos siguiendo desde la era Gil.
Lo de Isabel Pantoja no me sorprende. Ella es altiva y artista sobre los tableros, tablados y escaleras… en sus entradas y salidas de escena triunfa. Pero luego nos vende el papel de una «débil» Escarlata O'Hara. Lánguida, delgada, demacrada, reaparece ante España sin las dos horas de maquillaje y una de peluquería a las que nos tiene acostumbrados a sus fans…
Pero volvamos a el «Palomo» que la engatusó, según ella y según sus palmeros televisivos. El jueves a eso de las 9:06 de la mañana le mando un SMS al móvil, como si de un «matador de toros» se tratase: «Suerte…!!! Espero que puedas demostrar tu verdad. Hablamos cuando quieras… M.Temprano». No sabía si estaría en la ducha, tomando el primer café, en carretera o en los Juzgados de Málaga… Fue como un disparo al aire en plena «batalla informativa», pero mi deber era intentarlo.
A las 9:18 de la mañana, solo 12 minutos después, recibo de Julián Muñóz un simple, «Gracias Miguel» y ahí queda todo. Mientras, un poco de «Espejo Público» desde «las Quemadillas» con el Caso Bretón…
Mi vida sigue y a las 17:40 escuchando «Sálvame» reacciono y me lanzo de cabeza a la piscina con otro mensaje: «¿Cómo te ha ido…?». No hay respuesta y me tiro de cabeza, pero esta vez a la piscina de mi «suegra favorita». Unos largos, vuelta y vuelta a la tumbona, y cuando me estoy perdiendo entre las nubes suena un «bip-bip». Son las 18.06, Es Julián: «Bueno… Estoy contento pero como sabes estamos en las cuestiones previas. Muchas gracias Miguel por tu interés…». Salto de la hamaca y a dos manos le escribo: «Esta noche te llamo. Mañana tengo ‘‘Espejo Público'' y sólo tengo una pregunta que hacerte. No tiene que ver con el "blanqueo", sino con el "banquillo"y tus dos exmujeres… espero me puedas atender. Ahora estoy ejerciendo de padre».
Entrevista con ritual
Pasan las horas, pasa la tarde, me voy con mi hija a dar de comer a los «burros» de Isabel, una vecina de Lozoyuela… Y en mi cabeza no deja de pasar el momento en el que pueda llamar a Julián con la tranquilidad que el «ritual» requiere, sin niños, gritos, con cascos en el móvil, el ordenador encendido y mis preguntas preparadas. Aviso en casa de que no me molesten porque voy a trabajar. Cierro las puertas, enciendo el ordenador, me pongo los cascos y llamo a Julián Muñoz Palomo.
–Hola Julián, soy Miguel. He esperado a que acabara el fútbol para llamarte…
–Dime, dime.
–¿Estás ocupado?
–No, no. ¡Qué va! Estoy con unos buenos amigos tomando una cervecita.
Y del tirón le espeto que le tengo que hacer unas preguntas; que conteste a las que considere y si no lo desea, pasamos a la siguiente. Acepta y comienza el rock n' roll…
–De tus dos ex mujeres… ¿Con quién te has sentido más cómodo?
–Sinceramente no me ha afectado la presencia de ninguna de las dos. Como no tengo relación con ninguna de ellas... Pero que quede bien claro que fui el marido de Mayte Zaldívar y el novio de Isabel Pantoja… Que no se confunda nadie...
–Hombre, como tú mismo decías que la Pantoja era tu mujer…
–Eso era otra época. Estaba... equivocado.
–¿Es cierto que estaba Isabel Pantoja «rodeada», casi «blindada», y te has acercado a saludarla?
–No es cierto, no estaba blindada. Estaba acompañada de sus dos abogados. Me he acercado y la he saludado con respeto y punto. Como debe ser.
–¿No hay rencor?
–No, ha sido un saludo simplemente cordial.
–¿Has hablado o intercambiado alguna palabra más con Isabel o con Mayte?
–No, ninguna. Con ninguna de las dos y no por «mal rollo». Ha habido mucha tranquilidad en todas las partes. Ten en cuenta que estábamos en un «tema muy serio». El proceso es muy serio y todos estábamos muy serios.
– ¡Menuda tensión!
–Tensión ninguna. Ni entre los acusados, ni entre los abogados…
–Ya, pero tu estás mucho más acostumbrado que ellas a estar sentado en un banquillo….
–Puede ser, pero cada uno es cada uno…
Sigo destrozando el teclado del portátil a la vez que no doy crédito a la tranquilidad y sinceridad con la que me está hablando Julián Muñoz. Siempre he sido muy crítico con él, con Mayte y con Isabel. Lo sabe, pero después del «encontronazo» que tuvimos a finales de agosto del pasado verano en Tarifa, nuestra relación ha cambiado. Simplemente le trato como periodista. No hay amistad, pero sí respeto. Yo te pido, tú me das… Yo hago público lo que él me cuenta sin saltarme ni una coma. No le juzgo, ni soy su portavoz. Pero siempre que está de actualidad accedo a él con el compromiso de reproducir mis preguntas y sus respuestas literalmente.
Con el paso del tiempo se verá si ha sido sincero o «nos ha mentido». Por ahora la fórmula nos beneficia a los dos yo pregunto y el se «desahoga»… Siempre que hablo con él por teléfono me río por dentro sólo de pensar en que a la vez un tercero debe estar «plagiando» cual bellaco mi entrevista para la UDYCO. Julián demandó y pidió cárcel para mí y otros tantos periodistas a raíz de unas conversaciones telefónicas que se grabaron de Isabel Pantoja con él durante su estancia en Alahurín de la Torre. Ése era nuestro punto de desencuentro y lo resolvimos con una cerveza, en el «Spin-out», el chiringuito preferido de Julián en la Playa de Valdevaqueros de Tarifa. Justo en el mismo sitio que ahora quiere urbanizar otro Muñoz, también procesado en tierras andaluzas… Pero eso ya lo contaré otro día (esto ten «cohones» y déjalo).
Volvamos a la conversación con Julián:
–¿A quién has visto más fuerte de las dos, a Isabel o a Mayte?
–Sinceramente… A Isabel ni la he mirado después de saludarla, estaba al final del pasillo con sus abogados.
Y rápidamente le digo: «¿No la has mirado cuando estábais sentados en el mismo banco?» A lo que desenfadadamente contesta que «sentado tampoco la he mirado… Como has visto he estado con mi tableta tomando notas todo el rato…».
–¿Ni una mirada, ni una palabra?
–No, ni media…
–¿Algo más que añadir…?
–Que la Justicia haga su trabajo y ya veremos por dónde sale el sol.
Julián dice dormir tranquilo, pero con ciertas preocupaciones que aparta cada noche de su mente, no es para menos, pero tranquilo…
Abuelo y padre «feliz»
No me sorprende encontrar a un Julián demasiado acostumbrado a los juicios mediáticos, a acudir a los Juzgados, a ser azotado, creo que con razón, en los medios de comunicación. Ha jugado y ha ganado dinero en los dos campos, la política y la Prensa. Donde se habla de un contrato de 350.000 euros con la «cadena amiga» y en la política, ya nos dirá el juez cuando dicte sentencia. Por lo pronto Julián Muñoz me confiesa que llegando a los 65 ve muy claros sus errores y sus aciertos. Me confiesa haber aprendido mucho de los primeros, como con los periodistas. «Con la Prensa he sido un "gilipollas"y un descerebrado. Ya no me compensa enfadarme. Ahora quiero vivir y ser feliz lo que me quede de vida… A día de hoy te puedo decir que soy un padre y un abuelo feliz».
✕
Accede a tu cuenta para comentar