Ciclismo

Valladolid

A los Alpes

La Razón
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A Alberto Contador, probablemente, le pesan los kilómetros del Giro y, seguramente, le lastran los dolores de la rodilla maltrecha y el marcaje de los hermanos Schleck. Con tanto handicap es difícil que muestre sus auténticas facultades. Le está costando manifestarse con la autoridad con que le hemos visto en la ronda italiana y más parece el Contador que ganó en el pasado Tour a Andy Schleck de manera muy ajustada. Y si entonces aprovechó que el Pisuerga pasara por Valladolid, con aquella salida de cadena del luxemburgués, este año, tras perder tiempo en la primera de las montoneras que padeció, recuperar terreno es cada vez más improbable.
Los hermanos luxemburgueses lo emparedan, lo prueban demarrando uno cada vez. Alberto dice que se encontrará mejor en la semana final, que dará más guerra en los Alpes. De las montañas alpinas y la etapa contrarreloj dependerá que consiga su cuarto Tour o se dé por vencido con dignidad. De no haber perdido tiempo de manera tan estúpida, su táctica, seguramente, sería distinta. Ahora es él quien ha de salir al ataque y los Schleck tienen suficiente con tratar de madurarle durante la etapa y ganarle segundos cerca de la meta.
Hay cierta decepción porque parece obligado que vuelva a ganar. Nos hemos habituado a tantos triunfos que llegar al podio es insuficiente. La pena de ayer no fue que Contador pediera unos segundos, sino que Samuel Sánchez no lograra su segunda victoria. Hemos pasado los Pirineos con más pena que gloria. Como en los viejos manuales escolares, nos vuelven a separar de Francia.