Navalcarnero

No me lo creo

La Razón
La RazónLa Razón

Lo que no nos vamos a creer a nuestra edad es que ETA se está moviendo sólo porque sí, por cuenta propia y sin que haya mediado contacto alguno de los terroristas con enviados del Gobierno. Eguiguren lleva meses insinuando que es bueno hablar y encontrar una salida para la izquierda abertzale. Mayor Oreja dijo que había contactos. El veterano dirigente del PP siempre tiene buena información, aunque se equivocó al plantearlo como que ETA y el Ejecutivo son aliados y tienen los mismos objetivos. En Moncloa saben perfectamente que en un escenario de crisis económica persistente las elecciones están pérdidas, y que sólo un milagro o el abandono de las armas por parte de la banda les puede salvar. Ahora nos explicamos muchas cosas. Por ejemplo, el interés de Rubalcaba por trasladar presos etarras a las cárceles vascas, y el afán de Ajuria Enea por reajustar a la baja los servicios de escoltas. Es más que evidente que sabían que había encuentros y que para que éstos avanzaran era fundamental hacer gestos a unos y otros. A Otegi se lo llevaron desde Navalcarnero a Logroño y a Díaz Usabiaga lo pusieron directamente en la calle. Ternera sigue huido y De Juana, desaparecido. Ternera era, curiosamente, el «bueno» de la pasada negociación.
Puede que el Gobierno no sepa nada de lo que ocurre, pero sinceramente, no me lo creo.