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José Luis Rodríguez Zapatero: «No estamos ante una generación perdida»

La Razón
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El ex presidente del Gobierno cogió el guante lanzado por el cardenal a la hora de afrontar el problema de la juventud. «Vivimos en un momento de gravísima inquietud que parece que siempre pagan las generaciones más jóvenes», comenzó diciendo Rodríguez Zapatero. No en vano, «casi siempre que miramos hacia atrás, y encontramos otros momentos con tasas de paro similares», nos hacemos la pregunta: «¿Estamos ante una generación perdida?». Para el político, no ocurrió así en otras crisis históricas, como las sufridas en las décadas sesenta y setenta.

«Sin duda, la gran tarea de los gobiernos, administraciones públicas y de todos es cómo vamos a afrontar, y en qué tiempo, el principal problema que la crisis va a dejar: la recuperación de los jóvenes en relación con el empleo», dijo Zapatero en el auditorio. La cuestión, añadió, es «si sabremos hacerlo como país o no».

El ex mandatario apuntó un aspecto en el que el consenso es generalizado: «Tenemos la generación de jóvenes con más formación, con más información y con más potencial». Y no sólo eso. Es una generación con sus propias señas de identidad. Con sus valores. «Es una generación solidaria y participativa», dijo Zapatero. Porque, si algo positivo ha traído la crisis, es que «estamos viendo en las calles, y lo vemos todos los días en los medios de comunicación», el nivel de compromiso de nuestros jóvenes.

«Esos valores solidarios existen. Nunca antes hemos conocido más jóvenes que tengan como objetivos principales ir a África y a Latinoamérica para enseñar a los que no saben y ayudar a los enfermos», afirmó. En resumen: tenemos «un enorme capital humano, social y político».
Rodríguez Zapatero incidió en uno de los conceptos más recordados durante sus siete años de mandato: diálogo. «Hay que establecer necesariamente un diálogo. Es una prioridad esencial y fundamental para la superación de esta crisis», aseguró a los asistentes. Y del mismo modo que el cardenal Antonio Cañizares expuso al público los valores que la Iglesia católica ofrece a la sociedad, Rodríguez Zapatero puso en común las «credenciales» del sistema democrático. «La democracia es conciencia», dijo. Y añadió: «Conciencia de los valores más profundos de la dignidad humana: el valor de la libertad, el del respeto, el de la solidaridad. Esa conciencia que, en definitiva, se traduce en un núcleo esencial, un denominador común de principios, derechos y valores que tienen una plasmación normativa en las constituciones».

Y fue aquí donde Zapatero quiso tender puentes con la institución eclesial. «Tengo el profundo convencimiento de que en esas constituciones hay un amplio reconocimiento a los valores del cristianismo. Seguramente no todos. Pero sí los incluyen, porque están en nuestra tradición».
El político cree que ese «núcleo esencial» tiene que «estar abierto también a los cambios que aportan la ciencia y el conocimiento, como la profunda revolución como consecuencia de internet o la capacidad de desarrollo de la humanidad y los retos medioambientales». Y siempre desde el respeto, «la palabra más bonita del castellano».