Berlín
De Guindos marca el camino
El ministro de Economía, Luis de Guindos, dibujó ayer en el Foro de LA RAZÓN las líneas maestras de la salida de la crisis. Y lo hizo desde el conocimiento profundo de alguien que se sabe la historia reciente de Europa y, lo que es más importante, las fortalezas y debilidades de este gran proyecto llamado eurozona. Recordó así las dificultades que atravesó Alemania hace una década, el profundo ajuste que los germanos llevaron a cabo en su sistema financiero, las dudas de algunos de los socios europeos ante el desafío encarado por Berlín y, como moraleja final, el hecho de que Alemania contó con la ayuda de todos los miembros de la Unión Europea. Ahora, diez años después, es España la que está afrontando una amplia reforma de sus estructuras económicas, imprescindible para corregir los evidentes desequilibrios que afectan al sistema y que, sin duda, dará fruto. Luis de Guindos recordó a los asistentes algunas certidumbres que los vaivenes financieros de estos últimos meses han conseguido cuestionar. Primero, que España es un país solvente, que paga sus deudas y que sus socios lo saben. Segundo, que el diferencial de la prima de riesgo no sólo refleja el difícil momento que atraviesa nuestra economía, sino también los propios problemas de la moneda única, huérfana de instrumentos fiscales y monetarios homogéneos. Y tercero, y no menos importante, que el futuro de nuestro país está ligado al euro porque una salida de la moneda única abriría la puerta a la inestabilidad política y al surgimiento de discursos populistas y demagógicos que sólo nos harían retroceder en el tiempo.
Son, en definitiva, los mensajes fundamentales en los que se ha basado el trabajo diplomático del Gobierno, perseverante y sin estridencias, para devolver a nuestros socios a una realidad española muy diferente a la que reflejaba la histeria de los llamados mercados. Y así, la advertencia de que España es hoy, necesariamente, el dique que protege el euro de los embates de los especuladores ha terminado por calar en el conjunto de la eurozona. Ha bastado la advertencia de Mario Draghi a los mercados, en el sentido de que no derrotarán a la eurozona porque los Estados son más fuertes, para que las primas de riesgo de España e Italia se desinflen, baje el interés del bono a 10 años y la Bolsa de Madrid contemple la mayor subida desde mayo de 2010. Luis de Guindos nos dijo anoche que nunca había dudado de que el Banco Central Europeo cumpliría con su función de salvaguarda de la moneda única. Es cierto. Sin embargo, el Gobierno de Mariano Rajoy debe seguir en la misma línea diplomática. El tiempo corre no siempre a favor y Europa debe pasar de las palabras a los hechos.
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