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Carlos Sastre dispuesto a ganar un Giro a su medida

El ciclista español Carlos Sastre (Cervélo) retomará mañana en Amsterdam un nuevo asalto a una 'grande' con la salida de la 93 edición del Giro de Italia, en la que firmó inicialmente el cuarto puesto el pasado año, y que en la presente comparecencia se remonta más complicado por la incertidumbre de su estado de forma y por la amplia nómina de aspirantes a la 'maglia rosa' final.

Y es que el corredor afincado en El Barraco persigue uno de los tres escalones del podio definitivo de Verona, dado que el último no pudo celebrarlo al asignárselo a posteriori tras la descalificación del local Danilo Di Luca, y que podría ser segundo si Franco Pellizotti sigue el mismo camino que su compatriota. Sin embargo, su limitada pretemporada --apenas 8 días de competición, los correspondientes a la Volta a Cataluña y la Lieja-Bastoña-Lieja-- le obligan a contemplar con cautela su posible papel en la 'corsa rosa'. Pese a esto, este arma de doble filo puede beneficiar al campeón del Tour de Francia de 2008 gracias al itinerario de este año de la ronda transalpina, cuya dureza se aglutina en la última semana de competición. Por ello, el líder del conjunto suizo apurará sus opciones tras un tramo inaugural en el que confía ir puliendo la forma antes del afrontar la travesía por los Dolomitas, juez final de la carrera. Al margen de su estado, Sastre tratará de pulir su precaria condición con la experiencia, la misma que le avala tras un total de 21 'grandes' disputadas en sus catorce años como profesional. Con la experiencia como principal compañero, el de Leganés también estará respaldado, entre otros, por los nacionales Iñigo Cuesta y Xavi Tondo, quienes deberían llevarle en volandas en las jornadas empinadas, compañía que echó de menos en algunos momentos el año pasado. Por otro lado, la hornada de favoritos, entre los que no está el ruso Denis Menchov, actual campeón, no se limita a la amplia nómina de postulantes italianos. El más firme candidato será el australiano Cadel Evans (BMC), que llega pletórico tras su victoria en la Flecha Valona y con el 'maillot' de campeón del mundo como aval. Además del dorsal número uno del Giro, la atención la acapararán su coterráneo Michael Rogers (Columbia), el británico Bradley Wiggins (Sky) o el kazajo Alexander Vinokourov (Astana), que asumirá el rol de líder ante la ausencia del pinteño Alberto Contador. El de Petropavlovsk ha demostrado en los meses precedentes que ha regresado en forma tras su suspensión por dopaje con sus triunfos consecutivos en la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro del Trentino. Asimismo, las apuestas locales las encabezan ganadores de la ronda como Iván Basso (Liquigas, 2006), cuarto el pasado año y con el objetivo de su redención, Stefano Garzelli (Acqua&Sapone, 2000) o Damiano Cunego (Lampre, 2004), aunque éste ya ha advertido que no acude con gran ambición para la general. Junto a ellos, aparece el nombre de Vicenzo Nibali, que debe compartir galones con Basso en su equipo y que llega a última hora tras la suspensión de Pellizotti, Marzio Brusheghin (Caisse d'Epargne), o Domenico Pozzovivo (Colnago).Perfil para escaladores con los Dolomitas como punto final El recorrido de esta nueva edición está planificada para recuperar el protagonismo neto de los escaladores, que deberán afrontar seis jornadas con final en alto --siendo la mayoría en la sierra de los Dolomitas, parte oriental de los Alpes--, y entre la que destaca la cronoescalada al Plan de Corones como principal atractivo. Además, a diferencia con el itinerario centenario de 2009, en el que la montaña se presentaba muy repartida, la ruta actual aglomera un último 'rush' despiadado. Al margen de la citada cronoescalada, el 'grupetto' de favoritos se seleccionará definitivamente tras el paso por las metas en el Monte Zoncolán, el Aprica o el Ponte di Legno Tonal, todas ellas tras sesiones 'rompepiernas' con varios puertos previos desaprensivos. El resto del programa de la 'corsa' se completará con tres contrarrelojes y un conglomerado de 'volatas' para los más osados. Respecto a las etapas contra el reloj, son inferiores en cuanto a su longitud en comparación con el pasado año. Entonces, la distancia total a recorrer era de 90 kilómetros por los 56 de este curso, de los cuales 32,5 son por equipos. La última, prevista en Verona como desenlace de la prueba, delimitará los puestos del podio en caso de no solventarlos las cimas. Por su parte, el resto de los 3.480 kilómetros del Giro corresponderán a jornadas de transición para los 'aventureros' y los velocistas, que en esta ocasión contarán con el 'beneplácito' del británico Mark Cavendish (Columbia), que no será de la partida por su predilección exclusiva por el Tour de Francia. Sin él 'devorador' de etapas, el abanico de aspirantes al sprint se abre. Desde su compañero André Greipel, con ocho triunfos parciales este año, hasta el estadounidense Tayler Farrar (Garmin), el incombustible Alessandro Petacchi (Lampre), o el autraliano Robbie McEwen (Katusha), todos a reinar en las 'volatas'. El gran ausente en estas citas será una vez más el cántabro Oscar Freire (Rabobank), quien no tomará la salida tras arrastrar varias dificultades físicas acuciadas por una sinusitis aguda que le impide respirar con normalidad. Tras esta infección respiratoria, y bajo el consejo de los médicos de su equipo, el de Torrelavega no podrá debutar en la prueba italiana pese al interés de su equipo por las tres primeras etapas que se disputarán en Holanda.