Andalucía
El ibérico planta cara y defiende el origen y calidad de los embutidos
Silvia Clemente recuerda al Gobierno que este estratégico sector perdería 100 millones
VALLADOLID– El sector del ibérico de Castilla y León ha estrechado lazos para presentar alegaciones al Real Decreto por el que se aprueba la Norma de Calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos, remitido por el Ministerio. La consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, principal artífice de este consenso de todas las partes implicadas, productores, empresa, organizaciones agrarias, aseguró que nuestra Comunidad «no puede estar a favor de esta norma», ya que perjudica a un sector estratégico de la Región.
Y es que, según recordó la supresión de la denominación «ibérico de bellota», como pretende el Gobierno de España, supondría una pérdida económica de 100 millones para Castilla y León.
En este sentido, declaró que este cambio afectaría al 14 por ciento de los jamones, al 16 por ciento de las paletas y el 20 por ciento de los lomos. Silvia Clemente añadió que las nuevas denominaciones impulsadas por el Ejecutivo central «no conseguirían lo que pretendía el Ministerio», que era lograr más pureza de la raza y ofrecer más información a los consumidores porque «desaparecen las categorías que conocían» y se sustituyen por «algo que desconocen».
En su lugar, desde nuestra Comunidad se propone que las denominaciones de venta que se utilicen sean denominaciones de venta que se utilicen sean ibérico de bellota, ibérico de campo e ibérico de cebo, similares a las actuales y que conservan la categoría más comercializada el año pasado, el ibérico de cebo, con el 82 por ciento. Además, recordó que sólo el 1,29 por ciento de los jamones que se comercializaron el año pasado en España eran de ibérico puro de bellota (el 4,29 por ciento producido en Castilla y León, el 13,8 por ciento en Extremadura y el 81,8 por ciento en Andalucía).
Silvia Clemente explicó que en las alegaciones la Comunidad también pide que pueda haber más asociaciones que gestione los libros genealógicos en lugar de la única que propone el Ministerio para que el sistema sea «lo suficientemente ágil» y que se elimine el apartado que posibilita utilizar en el ibérico puro otro tipo de alimentación cuando no haya bellotas porque, según indicó la consejera, «es ilógico que se blinde tanto una categoría y luego se le autorice dar a los animales otra comida».
La consejera también señaló que se solicita un aumento de los tiempos mínimos de elaboración para los jamones y paletas porque el sector regional cree que los establecidos en el borrador «no son correctos». Así, plantean que para los jamones de menos de 9,7 kilos el tiempo mínimo sea de 640 días y para los de más, de 730, y para las paletas de 365 días. Por último, se pide que se establezca «un periodo de transición con plazos razonables» para que el sector pueda adaptarse a los cambios, fijado en diez años.
Un acuerdo a tener en cuenta
«Creemos que es un documento constructivo», declaró Silvia Clemente, quien aseguró que el Ministerio debe tener en cuenta las alegaciones presentadas por la Comunidad porque aglutinan a todo el sector y por la relevancia del ibérico regional en el conjunto nacional, ya que en Castilla y León se encuentra el 35 por ciento del porcino de España, con casi un millón de cabezas, y sus más de 350 industrias comercializan casi dos millones de jamones de los cinco millones que se venden.
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