París

Ahora la bici

La Razón
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Después de despejar el asunto de la Diagonal, toca poner fin a la anarquía ciclista que invade nuestra ciudad.La bicicleta puede ser considerada como artilugio lúdico o como medio de transporte. En el primer caso, ha de ser relegada a parques, zonas deportivas o avenidas fuera del centro de la ciudad y siempre en espacios reservados a ciclistas de más de catorce años. En el segundo caso, han de circular por la calzada como todo tráfico rodado y provistas de la correspondiente placa-matrícula expedida por el Ayuntamiento. Esta exigencia incluso se aplica a los vehículos de tracción a sangre, vulgo carros, para circular por las carreteras como mínimo comarcales.En las aceras, los ciclistas deben desmontar y llevar la bicicleta por el manillar. En ninguna ciudad que se precie, por ejemplo París, se permite el tráfico ciclista en medio de los peatones, pero en la Barcelona de Hereu se puede atropellar, molestar e insultar a los peatones por ejercer el derecho de ir por la acera. Además, ¿cómo identificamos a esos grandullones/as tras un atropello si no llevan identificación? Si algún paseo es lo suficientemente ancho que permita el carril bici, póngase, pero retírese de donde no cabe, como es la Diagonal de Macià a Marina. Tampoco reservemos tanto espacio en la calzada a un medio de transporte limitado por la misma topografía barcelonesa y minoritario, sólo utilizado por una escasa franja de edad en una ciudad envejecida. A este ritmo tendremos que crear carriles para los patinetes, los jinetes y coches de caballo para turistas.