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La ministra francesa de Exteriores fue invitada en 2010 por un empresario próximo a Ben Ali

La ministra francesa de Exteriores, Michèle Alliot-Marie, y algunos de sus familiares fueron invitados por un empresario próximo al depuesto presidente tunecino, Zinedine el Abidine ben Ali, a un vuelo privado durante sus vacaciones del pasado fin de año en Túnez, según publicó hoy "Le Canard Enchaîné".

Alliot-Marie, que niega que ese empresario, Aziz Miled, perteneciera al entorno de Ben Ali y la familia de su esposa, los Trabelsi, utilizó junto a su pareja, el también ministro francés de Relaciones con el Parlamento, Patrick Ollier, y sus padres un reactor privado para volar de Hammamet a Tabarka, explicó el semanario satírico.


"Le Canard Enchaîné"afirmó que Miled, en contra de lo que sostiene la ministra -que lo presenta como un viejo amigo suyo-, estaba asociado al cuñado de Ben Ali, Belhassen Trabelsi, quien huyó a Canadá con lo que pudo cuando el ex presidente tunecino tuvo que salir el país ante las protestas para que abandonara el poder.


De hecho, el empresario compartía con Trabelsi la dirección de la compañía aérea Nouvelair, de la que ahora ha pasado a ser su responsable ejecutivo. Además, Miled también firmó el pasado verano, junto a otras "personalidades tunecinas", un llamamiento público en el que pedían a Ben Ali que volviera a presentarse a un nuevo mandato presidencial en 2014.


Y en el pasado había sido uno de los organizadores de las campañas del ex dictador, y se ocupaba de la obtención de fondos, siempre según "Le Canard Enchaîné". La jefa de la diplomacia francesa, sin embargo, aseguró a través de un portavoz que "Aziz Miled no es, para nada, un próximo de Ben Ali", y en la misma línea Ollier explicó que los Trabelsi se habían apropiado de la compañía aérea pero que tras la salida del derrocado presidente ha recuperado enteramente sus derechos.


Estas informaciones del semanario llegan después de que Alliot-Marie hiciera unas polémicas declaraciones en plena revuelta en Túnez, en las que propuso una ayuda técnica de las fuerzas del orden francesas a las tunecinas para gestionar las manifestaciones.
La ministra insistió en que había sido mal interpretada, que no estaba dando soporte al régimen de Ben Ali, sino que se trataba de evitar víctimas.