Mar Mediterráneo

Mares de plástico por José Antonio VERA

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No es la primera vez que hablamos en A Tu Salud del plástico. Vivimos en el planeta plástico. Las bolsas de este material duran y duran, son casi eternas, resisten a la lluvia y a los terremotos, se acumulan por todas partes: en los vertederos, en las carreteras, en el campo, en los árboles, taponan las alcantarillas, afean el paisaje, flotan en los ríos y en el mar. Particularmente grave es la polución plástica marina, que ha alcanzado ya niveles inéditos. Si en otra época se limitaba a ciertos puntos, ahora es omnipresente.


Existen 46.000 fragmentos plásticos por cada 2,5 kilómetros de superficie oceánica, provocando una contaminación que afecta de lleno a la vida animal. Decenas de especies comen los residuos o llevan este tipo de «alimento» a sus crías. Hace unos años, una ballena blanca fue hallada muerta en las costas de Normandia con 800 kilos de desechos plásticos en el estómago. Según Greenpeace, en regiones como California es común encontrar tortugas, leones marinos y focas muertos por la ingesta de plásticos. Se cita habitualmente al atolón de Midway, cerca de Hawai, como símbolo máximo de la tragedia que causa el plástico en los mares, al concentrarse en esta zona gran parte del proveniente de Japón y de la costa oeste de los Estados Unidos. Se sabe que tales residuos indestructibles causan heridas y muertes en numerosos animales y aves marinas, bien porque quedan enredados o porque directamente los ingieren. Son en realidad el tipo de basura más común, responsable de la mayor parte de los problemas que sufren las especies que habitan los océanos. Científicos británicos aportan ahora pruebas de que también existe una generalizada contaminación por fragmentos microscópicos de plástico, ingeridos con frecuencia por organismos marinos con consecuencias aun por determinar, aunque ya se sabe que los peces machos pueden quedar atrofiados o convertirse en hembras o no producir espermatozoides.


Una de las principales amenazas proviene de piezas invisibles, los llamados «pellets», bolitas con medio centímetro de diámetro utilizadas como materia prima de las industrias, que tienen gran capacidad de absorción de contaminantes y provocan envenenamiento de la vida marina. En los mares se han llegado a formar auténticas islas de plásticos que flotan con extensiones que, en el oeste del Pacífico, llegan a ocupar una superficie de hasta 900.000 kilómetros cuadrados. La lucha contra esas islas de plástico es fundamental y se ha convertido en un objetivo preferente del ecologismo mundial, y también de muchos gobiernos. La Comisión Europea ha puesto en marcha una novedosa iniciativa, propuesta por su ministra griega de Pesca, que consiste en primar a los pescadores de la Unión para que ellos mismos «capturen» los plásticos que se acumulan en el Mar Mediterráneo, a cambio de recibir una paga en función del trabajo realizado. Original iniciativa que podría ayudar a descontaminar este mar tan nuestro, que desde hace años se esta convirtiendo en un vertedero, igual que otros mares descuidados por la mano del hombre, que piden a gritos una acción global para elimnar este tipo de contaminación.