San José
El sorprendente buen estado de salud de los 33
La preocupación general por las secuelas físicas que podrían sufrir los 33 mineros tras pasar más de dos meses enterrados se tornó ayer en una grata sorpresa. Fueron sometidos a una evaluación sistemática en el Hospital Regional de Copiapó y se esperaba que entre «dos o tres» fueran dados de alta ayer, según informó Efe.
Mario Gómez, de 63 años de edad, y el mayor del grupo, era el que presentaba el peor pronóstico. El veterano de San José padecía antes del accidente de silicosis, una enfermedad crónica del aparato respiratorio provocada por la inhalación de polvo de sílice en el interior de la mina y que se había agravado a lo largo de los 69 días bajo tierra con un cuadro de neumonía. «Lo lógico es que hubiera habido más de un caso con problemas respiratorios derivados de la humedad relativa del aire», explicó ayer a LA RAZÓN el catedrático de Educación Pública de la Universidad Complutense de Madrid, José Sánchez-Martos. Sin embargo, la mayoría de los problemas registrados ayer eran secundarios. «Eso demuestra que la atención médica y psicológica a la que fueron sometidos en su encierro ha sido un éxito total», sostiene el catedrático Sánchez-Martos. También reconoce el valor de la actitud positiva de los mineros. «Un estado de ánimo óptimo es imprescindible para vencer la adversidad», señala. Las afecciones en la dentadura, la piel, las uñas o el cabellos son una respuesta natural a la oscuridad y a la humedad superior al 90%. «La luz solar es necesaria para crear vitamina B y otras tantas vitaminas sustanciales.
Donde primero se observa su déficit es en estas zonas del cuerpo», añade. En 72 horas cree que volverán a recuperar la visión y en un mes estarán recuperados. El principal desafío para este catedrático está en cómo será su «regreso al pasado».
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