EL ANÁLISIS: Va a empeorar la crisis

- ¿Qué repercusiones tendrá la decisión de Standard & Poor´s de rebajar el «rating» de EE UU?
-Es muy difícil de precisar pero, en cualquier caso, no parece una buena noticia en medio de la «tormenta» de esta semana. En principio, afecta a la capacidad del país de financiarse prácticamente sin límite y a coste cero. También afecta al dólar, pero no hay una alternativa clara de una moneda estable.

-¿Puede alterar el martes los tipos de interés la Reserva Federal ante las turbulencias que pueda desencadenar en la economía norteamericana esta rebaja de la solvencia?
-En principio, no creo que los tipos vayan a bajar. El verdadero reto de EE UU es fiscal, tras el acuerdo alcanzado en el Congreso. La ensoñación de los que hablaban de un nuevo plan de estímulos ha quedado barrida. Como ha ocurrido en Europa, el sector público se ha echado a la espalda el endeudamiento del sector privado; se ha transferido el problema de un lugar a otro, pero el problema se mantiene.

- Parafraseando a Leire Pajín, ¿puede hablarse de una «conjunción planetaria» entre España y EE UU en materia de deuda?
-Lo que está demostrando la crisis es que los problemas son comunes, y que EE UU no es un país ajeno a los problemas de deuda que sacuden la zona euro.

- ¿Cuál es la receta para atajar esta sangría en los mercados, que puede agravarse tras la calificación de las agencias?
-Uno de los principales retos es el de la consolidación fiscal: hay que asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas y de la deuda a largo plazo. Esta reforma debe, por ejemplo, reequilibrar los ingresos obtenidos entre los impuestos directos y los indirectos. Además, hay que desarrollar políticas de crecimiento potencial, introduciendo mayor flexibilidad en los mercados y luchando por una mayor competitividad. En cualquier caso, son necesarias reformas estructurales.

- ¿Hay solución para los problemas que azotan a la economía que se están viendo estos días?
-En mi opinión, la economía internacional va a sufrir un parón con respecto a las previsiones de hace seis meses. Entonces, el viento soplaba a favor, y ahora parece que no, como acabamos de ver con los datos españoles del PIB, que en el segundo trimestre ha crecido una décima menos que entre enero y marzo. En definitiva, todo apunta a que la crisis económica va a ser más larga de lo que se pensaba y que este año no será el de la recuperación.

- ¿Y qué deberes tiene que realizar España para protegerse de esta tormenta económica?
-Muchos. Hasta ahora, no hemos estado a la altura de las circunstancias. Como punto positivo, puede afirmarse que existe una opinión generalizada sobre las reformas que hay que emprender, lo que constituye un importante punto de partida. Con este diagnóstico como base, el futuro Gobierno sabe perfectamente lo que conviene hacer para sacar a España de la crisis.