Londres

Marc Márquez: «Ser buen amigo de un rival es imposible»

Es un campeón a la literalidad pegado. Respuesta precisa, verbo disciplinado. Con sólo 18 años es ya un hombre ponderado que dribla aquello que no quiere contestar como el mejor centrocampista. Es el piloto español más joven en haberse proclamado campeón del mundo de 125 cc y antes de cumplir su mayoría de edad se subió a una Moto2 que no sabía manejar

Marc sentado en un faro antiguo del Puerto de Aiguadols, en Sitges
Marc sentado en un faro antiguo del Puerto de Aiguadols, en Sitgeslarazon

 En pocos meses comenzó a ganar Grandes Premios. La ranchera «Rodar y rodar» podría ser la banda sonora de su vida desde los cinco años... Aunque no esté obligado a ganar en la nueva categoría, no pocos piensan que puede alzarse con el título. Para él, la aventura no ha hecho más que empezar.

– «Nos jubilará», dice Lorenzo. Está llamado a ser uno de los grandes, ¿se tapa los oídos?
–Sí; lo escucho y me halaga, pero tampoco le doy mucha importancia porque al final sólo cuentan los resultados y me queda mucho trabajo por delante.
–Pero sus resultados cada vez son mejores.
–Es gracias al trabajo que hacemos. Quiero seguir trabajando con la misma humildad y en la misma dinámica. Si no lo haces estás perdido.
–Me decía Pedrosa que siempre hay alguien más rápido que uno.
–¡Está claro! Siempre tienes muchas cosas que mejorar y no está mal aprender de quien hace un punto mejor que tú.
–Sobre la moto, no todo es cuestión de rapidez, la cabeza manda mucho.
–Sí, sobre la moto tienes que utilizar mucho la cabeza y saber gestionar los nervios y la situación. Yo tengo mucha fe en lograr la concentración adecuada.
–Se las sabe todas: puede empezar una carrera el último y subir al podio.
–Esto se aprende de pequeño y, si lo desarrollas, hay momentos en los que si eres un poco listo, puedes lograrlo.
–Pero empezar el último y acabar el primero no lo hace mucha gente.
–Aquella vez fue una carrera bastante especial. Si lo quieres repetir no te vuelve a pasar.
–Sabe que gracias a usted y a la buena racha del motociclismo español me he aficionado.
–Me lo dice bastante gente, pero creo que la gracia está en ser como eres, divertirte y no tomártelo como un trabajo, sino como una pasión. Y eso el espectador es claro que lo percibe.
–¿Cada semana tiene que batir un récord distinto para quedarse a gusto?
–Esto es la base del trabajo, el sacrificio y el equipo. Vamos mejorando y es lo único que importa, no andar batiendo récords.
–¿Se ha sacado ya el carné de conducir?
–Sí. Y a la primera.
–Si hasta los 16 no se obtiene el de moto, ¿los pilotos tienen una prebenda para los cirtuitos?
–Gracias a una licencia que te dan al estar federado. Con ella puedes subirte a la moto, pero sólo en circuitos adecuados y con una organización detrás.
–Con su coche respetará la velocidad.
–Con el coche se tiene que ser muy prudente en la carretera.
–¿En que se piensa a esa velocidad?
–En la pista, en la máquina. Si pierdes la concentración pierdes la carrera.
–Fuera de una chica, ¿las curvas son criminales?
–(Risas) Desde luego, es donde está el riesgo, donde se producen los adelantamientos, donde puedes ganar tiempo y donde te tienes que afanar al cien por cien o puede haber una caída.
–Nadie entiende mejor a otro motorista que su mayor rival.
–En la pista, cada uno mira por sí mismo. Puede haber amistad entre Federer y Nadal, pero en las motos, en un adelantamiento rozas al contrario y puedes hacerle una avería. Tener un buen amigo en la misma categoría, o sea a un rival, es imposible.
–Mire lo que hace Simoncelli.
–Sí, es un piloto agresivo, pero cada uno tiene su estilo de pilotar.
–Por edad hay cosas que quisiera hacer y no puede.
–Me pierdo ver a mis amigos, salir de fiesta. Pero si no estuviera en este mundillo me perdería otras cosas que te hacen sentirte privilegiado.
–Los toreros rezan. ¿Usted qué hace antes de ir al «motor home»?
–Nada especial. Analizo las situaciones que se pueden dar. Es verdad que es el peor momento, sentado en el «box» antes de subirte a la moto, con el mono puesto. Pasas más nervios.
–Hablando de monos, ¿cómo se soporta llevarlos cuando hace 40 grados y sudando?
–Sí que dan calor, pero te acostumbras porque con la tensión y concentrado no te enteras.
–Al bajaros de la moto se os ve caminar como Armstrong sobre la Luna...
–Es que es una cosa muy rígida, pero te acostumbras. Tienen que ser lo más cómodos posibles, pero sobre todo, muy seguros para que te protejan.
–Pierden muchísimo líquido en la carrera.
–Sí, pero por eso antes te hidratas muy bien. En las que hace mucho calor y son muy largas llevamos un tubito para ir bebiendo.
–¿Con agua, bebidas isotónicas o ron como en las tazas de los presentadores?
–(Hace silencio, hasta que se ríe) En el «camelback» sólo va agua, mujer, con sales minerales.
–Viene el Papa a la JMJ, ¿asistirá si no tiene compromisos profesionales?
–No creo, las grandes concentraciones no me emocionan particularmente.
–Entonces tampoco se habrá acercado a ver a los «indignados».
–Tampoco. Me intereso por lo que hacen, por lo que está pasando, pero tampoco asistiría a una asamblea. O a hablar con ellos a una acampada.
–Se habrá enterado de los disturbios de Londres. ¿Qué pasa con los jóvenes?
–Ellos sabrán, pero lo ves por la tele y crees que se podrían evitar esos disturbios, esos locales y coches quemados, esos muertos. Si se sentaran a hablar conseguirían más.
–Ganador, guapo, si además sabe arreglar enchufes, puede convertirse en «trending topic».
–No exageres. Además, no me enteraría: no twitteo y sólo entro de vez en cuando en Facebook.
–Siempre hay coqueteos con otras firmas cuando estamos en estas fechas.
–Yo voy a seguir fiel al equipo, cien por cien, porque estoy fenomenal.
–¿Qué música oye?
–Me gusta mucho «The Offspring». Es un grupo de California de los años ochenta, muy peculiar.
–Lorenzo se relaja con la PSP. ¿Usted hace yoga, jardinería, qué?
–En casa juego mucho a la Xbox, me voy en bici con mi hermano, partidos de fútbol...
–La cosa es no estar quieto.
–No soy de hamaca en la playa. Fui al mar unos días, pero no puedo estar quieto en la playa.
–Los toreros se llevarán cornadas, pero ustedes no anda a la zaga en cicatrices.
–Yo llevo dos en el brazo de cuando me pusieron placas. Pero no olvides que, como en los toros, las carreras emocionan por el riesgo.


Las maletas para un motorista no son para el verano, si no para el invierno, cuando se acaban las carreras y de verdad descansan.
Ayer compitió (terminó segundo). Marc Márquez no ha tenido mucho verano porque la temporada de motos apenas se toma un respiro en estas fechas. El espectáculo debe continuar y los pilotos trabajan sin importar el calor. En los pocos días libres que ha tenido prefiere no arriesgar (que eso lo hace en las carreras) y disfrutar de lo conocido: «He ido un poco a la playa, me he quedado por Cervera, he entrenado en bici... Nada que me aleje mucho de casa, que ya paso bastante tiempo fuera. Luego competiré hasta noviembre y en invierno llegan las verdaderas vacaciones del motorista».