El Casino de Madrid se la juega

La junta directiva de esta institución madrileña, nacida en 1836 de la mano de un grupo de tertulianos, se abrirá a un proceso de democracia pura precisamente en el año en el que se celebra el centenario de su fundación.

Nunca antes sus más de dos mil socios-propietarios habían tenido dos programas electorales en sus manos. Ahora deberán escoger entre la tradición o la inovación, decidir si se abandonan a la inercia o se replantean la posibilidad de que nuevos aires lleguen al Casino.

¿Realmente hace falta un cambio? Para un significativo grupo de socios, liderados por Manuel Gullón y de Oñate, sí. En una institución donde la tradición, la antigüedad y la rutina han gobernado durante años, hace falta «más transparencia y una gestión más eficiente y equilibrada de los recursos», asegura Gullón y de Oñate. Han sido las irregularidades cometidas por la actual Junta y su presidente lo que ha impulsado estos comicios, entre ellas, la falta de auditorías y la falta de transparencia en las cuentas.

Una de las preocupaciones de los «reformistas» es la intención de modificación de los estatutos: «Al sobrante del Patrimonio Neto resultante, se le dará el destino no lucrativo», medida que no vi la luz por la oposición de los socios contrarios. Entienden que lo que no se renueva, se vuelve ineficiente. Se pretende dejar atrás un modelo donde el peso de la tradición, los apellidos y la antigüedad es mucho mayor al de la capacidad de elección entre dos opciones.

Transparencia y nuevas metas
El objetivo no es cambiar el espíritu de la institución, sino adaptarla al siglo XXI. Y por ello su programa pretende redefinir los órganos de gobierno, fomentar las tertulias y foros económicos, políticos o sociales. Mejorar la información y la transparencia contable también es otro de los puntos sobre el que quieren centrar su atención.

Entre los gastos que quieren disminuir se encuentra la renegociación del contrato con el Club de Golf Retamares, que absorbe la mayoría de los beneficios de este club, y que está destinado al uso y disfrute de los socios del mismo, pero que hoy en día los más de 700.000 euros que pagan por el canon son un gasto que no se corresponde con el uso que se hace de las instalaciones.

El Casino de Madrid nació en el año 1836 por iniciativa de un grupo de tertulianos que se reunía en el café «El Sólito». Los fundadores alquilaron al dueño del café la primera planta del edificio, que a lo largo de su historia ha tenido varios emplazamientos en los que ha desarrollado su actividad hasta la construcción, en 1910, del histórico edificio de la madrileña calle de Alcalá.