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Lucía Pérez tantea por primera vez el escenario eurovisivo
Ha sido la última en subirse al escenario del Esprit Arena de Düsseldorf y habrá que confiar en que el orden de ensayos no se corresponda con el resultado final.
Lo cierto es que Lucía Pérez, representante española en Eurovisión –cuya final se celebra el próximo sábado– fue acogida ayer con cierta indiferencia en Alemania frente a la vitalidad del «Que me quiten lo bailao» con bengalas incluidas y la coreografía pegadiza que Lola González ha ideado.
Lucía y su «troupe» de bailarines y coristas han ensayado el «Uouououo» hasta cuatro veces. Ella, de rosa –aunque no es el vestuario definitivo, sí parece ser que lo será el tono– y su equipo, de blanco. Lo cierto es que la gallega se mueve con soltura, canta con decisión y no parece aplacarse por el enorme escenario. Al menos, en seguridad va por delante de los británicos Blue. Arropados por una amplia campaña de marketing, ayer no fueron capaces de empastar sus voces y desafinaron a granel. Completaron los ensayos de «Big Five», esto es, los países que tienen pase directo a la final por su generosa aportación económica al festival, Francia con su tenor , Italia con el arte de Raphael Gualazzi, y Alemania, con Lena, que repite tras su triunfo del año pasado.
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