CRÍTICA DE CINE / «Bienvenidos al sur»: Sólo cambia el tiempo

Las diferencias entre el original («Bienvenidos al Norte», de Dany Boon) y esta copia son puramente meteorológicas: a la nubosidad variable del pueblo de Bergues, cerca de Calais, le corresponde el anticiclón eterno que ilumina Cas- tellabate, en Nápoles. El mensaje es universal: desmentir los prejuicios que se asocian a los gentilicios que rivalizan en el contexto de un mismo Estado. Lo que ha hecho Miniero es sustituir el paletismo galo por el italiano, el camembert por el gorgonzola, la lluvia por el sol. Son gestos accesorios que no cambian la predilección por el humor amable y pueblerino, la reivindicación de la vida honesta del medio rural frente a la desconfianza cínica del medio urbano y el firme objetivo de hacer una comedia populista al gusto de todos. Sólo queda esperar que en España alguien patente un segundo remake para romper taquillas: ¿se imaginan las peripecias de un catalán en un pueblo sevillano? Martínez Soria la habría bordado.