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El día de la marmota

La Razón
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Este Atleti, igual que pasaba en aquella película, está atrapado en el tiempo. Frente al Madrid no hay nada que hacer porque está a años luz en todo: en juego, como club, como institución y porque tiene un entrenador de primera y no un mediocre. Mourinho es un personaje de una soberbia y una chulería insufribles, pero se lo puede permitir porque de fútbol sabe lo que no está escrito. Además, cuenta con una plantilla de lujo y le respalda una entidad de una solidez incuestionable. Manzano, además de esa vena a mitad de camino entre la horterada y la cursilería, es entrenador para segundones. Bueno, quizá en esto es en lo único que acierte, porque este Atlético dejó de ser grande hace mucho tiempo, aunque sus incondicionales no queramos reconocerlo. Como club más se parece a un negocio mal gestionado y en cuanto al fútbol, en las dos últimas décadas no ha hecho otra cosa que dar bandazos.
Quince años sin ganar una Liga. Dos temporadas en Segunda División y no juega una «Champions» casi desde que se llamaba Copa de Europa. Es posible que haya buenas individualidades; aunque, a tenor de los resultados, lo pongo en duda. Lo que no tiene y, además no se lo podrá dar Manzano porque le falta categoría profesional para eso, es un equipo conjuntado. En las últimas temporadas, la escasa entidad de los entrenadores nos ha llevado a perder grandes jugadores que ahora triunfan, o al menos tienen la posibilidad de intentarlo, en otros equipos, casi todos extranjeros. Hasta que los dueños del club no se decidan a contar con un técnico de primera, seguiremos siendo el quiero y no puedo de tantos y tantos años.