Fuenlabrada

Fuenland por Alfredo Menéndez

La Razón
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En «Homeland», la mejor seríe de espías del momento, nada ni nadie es lo que parece. Y en el Cobo Calleja de Fuenlabrada ocurre algo parecido pero sin tanto «glamour». En el Cobo Calleja no todos los inspectores son siempre policías: hay al menos uno detenido por haberse pasado al lado amarillo oscuro. En este polígono los agentes de la Guardia Civil no siempre se parecen a Chamorro y a Bevilacqua. En Fuenlabrada hay un concejal que se encarga de la Seguridad Ciudadana pero no debe ser José Borrás, a juicio de la investigación.
En el Cobo Calleja, por no ser, no son ni actores porno los actores porno: Nacho Vidal está implicado por presuntas actividades ilegales con los pantalones puestos. Así que al final, en el Cobo Calleja los únicos que son lo que parece que son, son los chinos, que para su desgracia tendrán que llevar el sambenito de que la mayoría de los detenidos y el ideólogo es compatriota. Y eso es una tentación demasiado grande para los que gustan de criminalizar por extensión. No seamos injustos.
Tampoco seamos injustos, desde el plano político, al señalar que el único cargo político detenido es del PSOE. Si un chino es chino hasta que se demuestre lo contrario, un político, lo mismo. Ahora bien: sería estupendo que un día de estos los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo en un código de buenas prácticas en estos casos. ¿Imputado es igual a expulsado? Sí. Sí siempre. Sí con condiciones. Lo veremos en los próximos capítulos de Fuenland.