Ateos en lucha

Yo me pregunto, en lucha ¿por qué?,¿quién les dice nada, quién les pregunta cuál es su credo? Vivimos en un país libre en cultos e ideas, y que lo que tienen ahora estos «ateos en lucha» son ganas de marear, quizá están muy desocupados. Quieren hacer una procesión el día de jueves santo, para no ser menos, pero ignorando que las procesiones católicas de esta semana que hoy comenzamos son una expresión cultural y de tradición. El Cristo de los Legionarios, el Gran Poder, la Macarena, no son un invento de ahora, son años de devoción de quienes hemos crecido en la fe de la Iglesia. Nosotros no necesitamos medirnos con nadie, ni tampoco salir a alborotar, de hecho esta contraprocesión de los «ateos en lucha» estaría incitando al odio y a la violencia. A lo largo del tiempo he conocido a ateos que si hoy sé que lo eran, es porque pude mantener conversaciones sobre un tema tan engorroso como la religión, pero, claro, hay que tener en cuenta la calidad humana de las gentes a las que me estoy refiriendo. Un botón de muestra: Severo Ochoa, hombre conciliador, dedicado a la investigación científica, que fue Premio Nobel en los años cincuenta, como americano, por cierto, ya que tenía muchos años de residencia en aquel país. En el transcurso de una cena en Guadalajara, y a propósito de una conversación acerca de la existencia o no existencia de Dios, él me confesó que no era creyente, sin mayores alharacas y sin excitación alguna. Ahora los ánimos están crispados, gracias a la dinámica socialista tan antirreligiosa. Si lo que quieren es libertad, la tienen, pero que también nos la dejen a nosotros sin sembrar la discordia. No olvidemos que en España, durante siglos, hemos convivido judíos, moros y cristianos. Y aquí seguimos. Que no vengan ahora a marear.