París

Rajoy acelera la ayuda del BCE por la asfixia privada

El Gobierno espera que la decisión esté lista en «dos o tres semanas». Cree que el sector privado no puede soportar los actuales sobrecostes de financiación

Rajoy insistirá a Merkel en la cumbre del jueves en que se cumplan los acuerdos de junio
Rajoy insistirá a Merkel en la cumbre del jueves en que se cumplan los acuerdos de juniolarazon

MADRID- El Gobierno no tiene aún plenas garantías de que el Eurogrupo, o mejor dicho, Berlín, vaya a dar luz verde en los «términos deseables» a la activación de la «línea de financiación» del Banco Central Europeo (BCE). En los matices hay diferencias, pero la distancia principal ha estado en el grueso, en qué términos y con qué consecuencias. No obstante, las negociaciones se están intensificando a marchas forzadas y avanzan.
Mucho se ha hablado hasta ahora del mercado como referente último de hasta cuándo el Ejecutivo español podría retrasar su decisión. De eso y de la necesidad de unanimidad entre todos los socios. Pero hay un motivo añadido que puede acabar siendo el desencadenante final: la «insostenible» situación financiera del sector privado. «Sus necesidades y sus retos», precisan fuentes populares.

Según fuentes gubernamentales, el sector privado ha llegado ya al límite y no puede continuar soportando los actuales sobrecostes de financiación. De seguir así, se irá a un escenario «sin retorno» que agravará aún más la profundidad de la crisis y la destrucción de empleo.

Alemania, el obstáculo
En las próximas semanas –desde el equipo económico de Mariano Rajoy se habla de «dos o tres»–, el Gobierno se jugará el todo por el todo en una negociación a varias bandas, pero con Berlín como centro de poder y principal obstáculo, junto con sus países satélite, para conseguir aquello por lo que Madrid pelea.

Desde hace semanas el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha concentrado todos sus esfuerzos diplomáticos en buscar apoyos para conseguir que Europa ejecute los acuerdos del Consejo Europeo de junio, es decir, que avance la unión fiscal y bancaria.

En ello insistió en París tras su reunión en el Palacio del Elíseo con el presidente francés, François Hollande, junto con varios ministros de los dos Gobiernos. Y con este mismo mensaje irá al Consejo Europeo del jueves, pese a que las instituciones comunitarias hayan vertido un jarro de agua fría sobre la unión bancaria de manera preventiva y siguiendo el guión que marca la canciller alemana, Angela Merkel.

Cumplir los acuerdos
Aunque se prevé que esta cumbre europea será de transición, Rajoy seguirá insistiendo para que se cumplan los acuerdos de junio, apoyados entonces por Merkel, y, sobre todo, para que del Consejo Europeo de diciembre salga el calendario que permita que el regulador único entre en funcionamiento en 2013, como se pactó en el cónclave comunitario de principios de verano.

En esta Europa que da un paso adelante y dos atrás, de aquella cita europea de junio Merkel salió, aparentemente, como la perdedora; y ahora, sin embargo, es la que está imponiendo la revisión de toda la hoja de ruta supuestamente acordada.

Berlín se ha olvidado de la solidaridad y no hay manera de sacarla del «no» a todo, señalan en Moncloa. «Se está cargando los acuerdos del Consejo Europeo del pasado mes de junio; está paralizando la puesta en marcha del supervisor único bancario; y no quiere que el fondo de rescate permanente rescate nada. Parece como si quisiera que todo se quede como está bajo la excusa de que el denominado ‘efecto Draghi' seguirá manteniendo en calma a los mercados», precisa un alto cargo del Gobierno.

El Ejecutivo es consciente de que la perspectiva de una negociación en marcha, que avanza hacia su desenlace, está ayudando a que ese efecto placebo se mantenga activo. Y también cree que para España es mejor que la decisión se produzca antes de que los inversores rompan la tregua.

La perspectiva del rescate está siendo tenida en cuenta en todas las decisiones económicas nacionales. Y quizás, los Presupuestos Generales del Estado para 2013 sean el ejemplo más evidente. Se les ha criticado por no realistas, por optimistas… «En ellos está ya descontado el posible efecto positivo en clave financiera del rescate», explica un miembro de la dirección del Grupo Popular en el Congreso.