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Pepe Reina: «Si en el fútbol se pierde el respeto al rival estamos perdidos»

Es uno de los mejores porteros del mundo, pero cuando se habla con él, parece un amigo del colegio: generoso, divertido, te envía «emoticonos» vía SMS para recordarte a qué hora podrás hacerle la entrevista y, en todo momento, facilita nuestro trabajo. Igual pierde ante Casillas en los juegos de cartas –no es hombre de consola–, que Iniesta le dedica un gol por el nacimiento de su tercer hijo. Es un gran conciliador. Sencillo, alegre y emocionado, este «humilde speaker» nos habla desde un vestuario lleno de voces «liverpoolianas», tras su victoria frente al Arsenal, pero con un ojo puesto en nuestra liga...

 
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–Enhorabuena, 0-2 al Arsenal, ¡y en su campo!
–Muy contento. Después de 11 años sin ganarle en su casa, ha sido importante.

–Y sin Fábregas enfrente, por primera vez...
–La verdad es que sí... Ha sido raro, pero estaba más pendiente de la alegría porque ha sido una victoria merecida.

–Por cierto, que fue premonitorio ponerle la camisa del Barça a Cesc, en la fiesta del Mundial y...
–¡Yo no fuiiiii! Fueron Piqué y Pujol; yo sólo ayudé, pero desde entonces, los aficionados del Arsenal me han culpado y no me ven con muy buenos ojos, no creas... Es lo mejor para Cesc, porque ha vuelto a jugar en la Liga española y en su casa.

–Incluso jugó sus diez primeros minutos en el último clásico y el Camp Nou se volvió loco...
–Sí, sí. Ha llegado en muy buen estado físico al Barça y estoy seguro y de que va a ser un jugador muy importante para el club y que dará muy buen juego en la Liga.

–¿Cómo se te quedó el cuerpo viendo el partido de la final de Supercopa?
–Fue un partidazo. El Real Madrid jugó muy bien en el Camp Nou, que no es fácil, y el Barça lo hizo fenomenal. Para el espectador fue un espectáculo precioso.

–¡Pero la «indignación» rebosó del césped y saltó a los banquillos!
–Eso emborronó el espectáculo, pero son cosas que pasan... Últimamente con más frecuencia de lo deseable, pero quiero quedarme con la sensación de que los dos equipos cada vez están más fuertes, son más competitivos y para el espectador son un lujo. ¿Sabes lo que es ver ese partido al inicio de una temporada?

–Pero hasta Valdano, que es ponderado, habla de «presión salvaje» entre los dos mejores equipos del mundo.
–(Respiración profunda) Bueno... No es un ejemplo ver a todo un entrenador del Real Madrid metiéndole un dedo en el ojo al segundo entrenador del equipo rival. De lo que hay que hablar es de lo deportivo y entre vosotros y nosotros dar la espalda y condenar ese tipo de actos y quedarnos con el deporte.

–Pronto llegará un amistoso de la Selección. ¿Cuándo os convoque del Bosque te tocará hacer de elemento catalizador entre todos?
–No. No soy el único que me llevo bien con todos. En la Selección se lleva todo el mundo bien con todo el mundo y así seguirá siendo. Por encima de los equipos, está el país y estoy seguro de que la Selección seguirá siendo lo que es a pesar del mal rollo entre el Madrid y el Barça: un grupo con una conexión importante y buen rollo.

–Como profana me asalta una duda: ¿están juntos defendiendo la camiseta pero luego salen a machete en un clásico como el del otro día?
–En el fútbol hay tanta presión que cuando defiendes una camiseta hay demasiadas cosas en juego y tienes que darlo todo. Pero es importante el respeto por el rival; son los valores que me han enseñado desde pequeño. Saber perder es importante, pero también saber ganar. Si olvidamos eso en el fútbol, estamos perdidos.

–Mientras en la Liga inglesa todo está regulado por convenio, aquí no... ¿Estás de acuerdo con la huelga de futbolistas que retrasa el calendario?
–Aquí la organización está a años luz de la española, por eso me siento un privilegiado de jugar hoy por hoy aquí. Estoy totalmente a favor de la huelga. Los futbolistas tenemos unos derechos que hay que respetar y, si no es así, es tan sencillo como no jugar e intentar lograrlos. Equipos que no pagan pero afrontan fichajes de jugadores... es una injusticia y hay que hacer algo.

–¿Cómo ha visto el crudo invierno político y económico desde allí?
–Soy bastante apolítico, pero, si hablamos de economía, la crisis está siendo algo más que dura para España; es doloroso. Ojalá se mejoren las cosas, que haya cambios y se solucione pronto para los millones de parados

–¿Y cómo vivió los disturbios de los jóvenes londinensese que han traído de cabeza a Cameron?
–Ha habido mucho revuelo y, más allá de los disturbios, también mucha controversia que ha dividido al país. Cameron está mucho más «advertido» de lo que parece...

–Por cierto, ¿cómo marcha su inglés?
–Tras seis años viviendo aquí, va bien y eso que he hablado mucho en castellano porque he tenido muchos compañeros españoles. Entenderlo, y que me entiendan, lo hago perfectamente.

–¿Se ve con Torres, Oriol Romeu, De Gea...? Ahora que los nombro, parece una «fuga de cerebros».
–Es complicado porque vivimos en diferentes ciudades. En el Liverpool me veo mucho con Mikel Arteta, con el que llevo coincidiendo desde que tengo 13 años y nuestras familias son amigas.

–¿Le gustaría venir algún día a defender la portería del Atleti, en la que estuvo su padre?
–¡Me lo preguntáis siempre! Tengo una gran admiración por el Atleti, no escondo que me haría ilusión, pero ahora no estoy en la posición adecuada como para decir cuándo podré jugar con ellos. Ellos son los que tienen que quererme primero... Y luego yo, querer ir. De momento, no me líes, que estoy muy contento en el Liverpool y seguiré una temporada larga.

–Además ahí ha experimentado un cambio en su juego.
–Es necesario seguir mejorando, en la Liga inglesa te hace falta ser muy exigente y reinventarte. Aquí he aprendido a cambiar mi estilo. Es mejor sacarla de puños a agarrarla, por ejemplo.

–¿Echa de menos España?
–Tengo la fortuna de viajar mucho pero te confieso que como España no hay nada.

–¿Qué hace con el poco tiempo libre que tiene?
–Dedicárselo a mi mujer y a mis tres hijos.

–Que serán ya medio inglesitos...
–Las niñas, de 4 y 3 años, la verdad es que lo hablan sin acento. El pequeñito es un bebé. Es uno de los motivos también para seguir aquí.

–¿Qué hace para que le quiera todo el mundo?
–(Risas) ¿De verdad? Se agradece. Me alegra dar esa imagen. Sólo trato de portarme lo mejor que puedo con todo el mundo.

–Mis sobrinos y los chavales de media España le adoran.
–Me ilusiona, de veras. Dales un besazo.