Aeronáutica

Nueva York-Pekín en dos horas de viaje en una cápsula

Para distancias «cortas», se podría viajar por tierra a la velocidad de un avión. Para largos recorridos, se triplicaría la velocidad del Concorde, alcanzando los 6.500 km/h. pero la primera certeza que arroja el proyecto «ET3»… es que no es apto para claustrofóbicos.

Nueva York-Pekín, en dos horas de viaje en una cápsula
Nueva York-Pekín, en dos horas de viaje en una cápsulalarazon

La idea no es revolucionaria. No es de extrañar que Arthur C. Clarke, autor de «2001: Una odisea en el espacio», o escritores de ciencia-ficción como Peter F. Hamilton o Larry Niven, ya describieran sistemas similares. «Por una vía, bajo el mar, Nueva York-París en noventa minutos», cantaba Donald Fagen en 1982.

Pero, ¿cómo resuelve la ciencia esta idea ya tantas veces imaginada? El «ET3» (Evacuated Tube Transport Technologies) se basa en un conducto cerrado al vacío para que el aire no haga resistencia, con unos raíles magnéticos para evitar también la resistencia por fricción. Las cápsulas de transporte podrían así alcanzar velocidades que casi doblarían a la del Concorde.

Viajes espaciales… por tierra

El eslogan de la compañía que está trabajando en este sistema lo describe así: «Viajes espaciales en la Tierra».

El proyecto, aún en su fase de desarrollo, encontrará soluciones a corto plazo para problemas físicos como la aceleración y las condiciones de transporte de personas. Más difícil de resolver serán los costes que implica el trazar una red de tubos bajo el océano para conectar diferentes continentes. Y todo ello con sus correspondientes medidas de seguridad para poder evacuar a los pasajeros en caso de algún fallo.

Según los prototipos presentados por la compañía, quedan por resolverse también cuestiones básicas para un viaje de hasta dos horas en las que el pasajero apenas podrá moverse o ir al servicio.

Velocidad de infarto

El Concorde alcanzaba una velocidad de más de 2.000 km/h, un registro que pulverizaría el «ET3» con 6.500 km/h para largas distancias, con Pekín y Nueva York (las dos grandes capitales financieras del mundo) como ejemplo de un trayecto que podría salvarse en tan sólo dos horas, y sin los inconvenientes de acudir a aeropuertos a las afueras de la ciudad y las pertinentes esperas.

En trayectos cortos, los viajes se realizarían a 600 km/h. Madrid-Valencia, por ejemplo, en la mitad de tiempo del recién estrenado trayecto en AVE.

Las cápsulas pesan sólo 183 kilogramos, pero admiten una capacidad de carga de 367 kilogramos, unos cuatro pasajeros. Según los constructores, necesitarían una vigésima parte del material empleado para construir un tren de alta velocidad, o una cuarta parte del coste de una autopista.