Margallo insiste ante Londres en negociar la soberanía de Gibraltar

El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, volvió a manifestar ayer el deseo de España, ya más bien una firme intención, de negociar con Reino Unido la soberanía de Gibraltar. En esta ocasión, la petición de Margallo fue formal y ante el secretario de Estado británico para Europa, David Lidington, que acudió a Madrid para reunirse con su homólogo, Íñigo Méndez de Vigo. Aunque la reunión transcurrió en un tono «cordial», fuentes diplomáticas aseguraron a este periódico que el ministro de Exteriores (cuya asistencia no estaba prevista) expresó su postura de una manera «franca». El jefe de la Diplomacia insistió en la necesidad de aumentar la «cooperación regional» y para ello consideró necesaria la presencia de autoridades locales españolas en el Foro de Diálogo. Se trata de que haya «simetría en la participación de las autoridades de ambos lados de la verja», informó el Ministerio en un comunicado. El Gobierno de Rajoy se ha comprometido a enviar una «propuesta de cooperación» a Londres lo antes posible para desatascar un diálogo «que no debe tener ninguna limitación de contenidos».

El ex ministro socialista Miguel Ángel Moratinos instauró en 2004 el llamado Foro Tripartito para tratar temas de cooperación entre representantes de Madrid, Londres y Gibraltar que, en ningún caso, debían debatir cuestiones relativas a la soberanía y que resultó un fracaso. La negociación sobre la colonia británica quedó en suspenso hace diez años, pero el nuevo ministro parece haberla convertido en una prioridad en su agenda. Sin embargo, Londres no parece compartir esta «urgencia». Por la mañana, Lidington había asegurado durante un desayuno informativo que el Gobierno de Cameron no tiene ninguna intención de hablar con España de un cambio de estatus del Peñón a no ser que ése sea el deseo expreso de los gibraltareños. «No vamos a participar en ningún proceso de negociación a menos que se haga con el beneplácito del Gobierno gibraltareño», señaló el enviado de Londres. Lidington recordó que la posición de su país es «muy clara» y «la misma de siempre».

Esta «contención» británica contrasta con la efusividad de Margallo, que ha devuelto el tema de Gibraltar, uno de los pocos que suscitan consenso en política exterior, a las primeras páginas de los periódicos. El «¡Gibraltar español!» con el que bromeó el ministro con un colega británico durante su primera visita a Bruselas, el pasado 18 de enero, fue toda una declaración de intenciones.