Andalucía
Apoyo Real Carmen Enríquez
Si hay que buscar un significado a la presencia del Rey y del Príncipe al comienzo de la Conferencia de Presidentes, ése es el deseo de la institución de la Corona de poner en valor una reunión que busca la acción coordinada de las distintas regiones. En momentos tan complicados, en los que es más necesario que nunca que los presidentes autonómicos se olviden de personalismos egoístas para buscar el bien de todos, el Rey y su heredero expresaron su apoyo a los trabajos de la Conferencia con un gesto tan cordial como el desplazarse hasta el Senado para compartir el primer café de la mañana. Don Juan Carlos y Don Felipe saludaron a todos y cada uno de los líderes regionales aunque, dada la magnitud de los daños producidos por las lluvias torrenciales en Andalucía y Murcia, el Rey se detuvo más tiempo con los presidentes de estas dos comunidades. La foto de familia, ante las banderas de todas las regiones y la española, que en una ocasión alguien olvidó poner, marcó el comienzo de esta nueva cumbre autonómica que empezó a celebrarse en 2004. Es la quinta vez que el Rey da una mayor solemnidad a esta cita, pero también confiere una gran normalidad el asistir a ese desayuno informal en el que el Monarca y su heredero alternan la charla en corrillos con los representantes de las 17 comunidades y escuchan las preocupaciones e inquietudes de cada uno. Por cierto, es la tercera ocasión en la que el Rey coincide con Artur Mas y, como señalaba un observador, la relación entre ambos se mueve dentro de la normalidad institucional pero sin especiales gestos de cariño. Más bien se percibe una cierta tirantez desde que el presidente catalán traspasara esa delgada línea roja entre la legalidad y la ilegalidad constitucional.
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