España

Un mercado estratégico para España

El 9% de las exportaciones nacionales tiene como destino el país luso. La banca española presenta una exposición a Portugal de 76.900 millones

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MADRID- Hubo un tiempo, allá por el siglo XVI, en que España y Portugal compartieron monarca en la persona de Felipe II. Y aunque sus destinos políticos apenas estuvieron unidos durante cuatro décadas, sus lazos económicos son ahora más fuertes que nunca. Cuestión de vecindad.

Los posibles problemas que en esta área puedan aquejar al país luso acaban por tener un potente reflejo en España debido a la fuerte implantación hispana en territorio portugués. Según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), unas mil cuatrocientas empresas españolas de todos los sectores tienen inversiones estables en el país vecino.


Aportación al PIB
De estas empresas, unas 800 tienen capital mayoritario español, emplean a 82.000 trabajadores y son decisivas para la riqueza del país luso, pues producen el 9% de su PIB. Según el análisis del ICEX, estas empresas representan «la más diversificada inversión española en otro país y una de las más significativas».

En cuanto a sus inversiones, estas compañías suman unos 4.000 millones de euros, según datos de la Cámara de Comercio de Industria Luso-Española. Entre las mismas destacan algunas de las grandes multinacionales españolas, como Banco Santander, BBVA, Repsol, Zara (Grupo Inditex), Roca, Prosegur o la aseguradora Mapfre.


Balanza de pagos
La proximidad geográfica convierte al portugués en un mercado fundamental para las exportaciones españolas. El pasado año, las ventas al país luso sumaron 16.577 millones de euros, el 9% del total de las exportaciones españolas, que ascendieron a 185.799. La balanza comercial, casi siempre desfavorable para los intereses españoles, es, en este caso, positiva, con un saldo de 8.037 millones de euros. Un rescate tendría un efecto negativo en esta balanza, pues vendría acompañado de nuevos ajustes que lastrarían todavía más la actividad económica lusa y, por extensión, el consumo, con el consiguiente perjuicio para las exportaciones y la importante presencia empresarial española en el país vecino.


Bancos y cajas
La ayuda también tendría considerables consecuencias para el sector financiero español. Según el último informe que hizo público el Banco Internacional de Pagos (BIS), los bancos españoles acumulan la tercera parte –el 33,7%– de la exposición de la banca mundial a la deuda de Portugal, con 76.900 millones de euros. La buena noticia para las entidades financieras españolas es que, de esta cantidad, sólo 6.200 millones de euros corresponden a deuda pública. Otros 49.800 millones se concentran en lo que el BIS califica como «sector privado no financiero»: en las empresas y familias portuguesas. Al concentrar aquí sus intereses, los bancos y cajas españoles estarían más cubiertos ante una devaluación de los títulos de deuda pública por un rescate y una eventual reestructuración de entidades financieras.

De lo que no escaparían sería del ya citado posible parón de la economía portuguesa, que como ha sucedido y sigue sucediendo en España, se acabaría traduciendo en un incremento de la morosidad tanto de las familias como de las empresas lusas.