Cádiz

Rato capacidad y lealtad por Carmen Gurruchaga

La Razón
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El presidente de Bankia en funciones tiene, como casi todo el mundo, defectos y virtudes, pero una de las cualidades que más destaca en él la gente que le conoce es la lealtad con sus amigos, con sus compañeros de partido cuando estuvo inmerso en política, e incluso desde fuera. También ahora, cuando ha presentado la dimisión como presidente de la entidad financiera que creó en unos pocos meses, con Rodríguez Zapatero en la Presidencia del Gobierno. Porque no deja de resultar paradójico que la travesía del desierto, la fusión de las cajas y todo el trabajo que dio origen a Bankia lo hiciera con su partido en la oposición y ahora con el PP en La Moncloa, cuando el Gobierno se dispone a dar dinero público para ayudar al banco, Rato desaparece de la escena. Lo hará por lealtad, para no perjudicar al PP y para que nadie pueda acusar al Ejecutivo de Rajoy de acudir a ayudar a un amigo (nepotismo).

La trayectoria pública de Rato, un asturiano nacido en Madrid, comenzó en 1978 y en 1982 era parlamentario en el Congreso por la provincia de Cádiz. En los 22 años que estuvo como diputado, tanto en la oposición como en el Gobierno, destacó su capacidad dialéctica para asestar duros golpes a quien tuviera enfrente. También su ironía y su sentido del humor. Como ministro de Economía puso en marchas las medidas necesarias para que, en un año, España cumpliera los objetivos de Maastrich y entrara en el euro. Y ello, pese a haber recibido una herencia penosa de Felipe González. La herramienta fundamental fue un importante ajuste presupuestario para reducir el déficit, la reforma del sector público y el impulso a las empresas.

Es un hombre capaz de hacer equipos que le acompañan a lo largo de su vida profesional y quienes trabajan con él destacan que pese a moverse en el mundo del buitreo y de las altas finanzas, no ha dejado escapar al ser humano que lleva dentro, capaz de emocionarse, alegrarse o entristecerse con los problemas o los éxitos de las personas que quiere y le quieren. Además, es de los que ha nacido con estrella, pues pese a que en su día Aznar optó por Rajoy para sucederle como candidato a la Presidencia del Gobierno, su vida continuó de forma exitosa en una conjunción del tesón, trabajo y diosa fortuna. Pasó a presidir el FMI; luego Caja Madrid, y finalmente Bankia. Seguro que la diosa Fortuna seguirá a su lado.