Ponferrada

Cambio de Gobierno

La Razón
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El presidente del Gobierno compareció ayer en Ponferrada con el ánimo de quien se ha quitado un peso de encima con el acuerdo que le garantiza la estabilidad parlamentaria hasta 2012. Rodríguez Zapatero se siente fortalecido con los votos del PNV. Con un año y medio por delante, el presidente confía en remontar las encuestas e ilusionar de nuevo al electorado socialista que parece haberle dado la espalda. Según sus propias palabras, «las encuestas muestran que no estamos bien, pero la sociedad y los sondeos se mueven muy rápidamente». La capacidad del presidente para interiorizar sin consecuencias aparentes la desventaja política puede provocar que no interprete adecuadamente la evolución de los acontecimientos. Porque el estado de la opinión pública es concluyente. El sondeo de NC Report para LA RAZÓN refleja un sentir mayoritario hacia un cambio de Gobierno, incluido un relevo en el liderazgo socialista. Dos de cada tres españoles opina que Rodríguez Zapatero no debe encabezar el cartel electoral del PSOE en los comicios de 2012. Sin embargo, el presidente dio a entender en Ponferrada que será el candidato y que anunciará su decisión en función de la estrategia política.

Los españoles tienen también sus favoritos para la sucesión y en esa carrera hay dos nombres que parten con clara ventaja sobre el resto de los aspirantes. Según el sondeo de LA RAZÓN, José Bono es apoyado por el 39,7% de los encuestados, seguido por Pérez Rubalcaba, con el 34,9%, y ya más atrás por José Blanco, Carme Chacón, Javier Solana y Patxi López. Según confesión propia de la pasada semana, las aspiraciones de Bono no pasan por asumir liderazgo alguno, pero la realidad es la que es, y la imagen moderada del presidente del Congreso siempre ha despertado una importante corriente de adhesión.

Zapatero confirmó ayer que sólo reemplazará a Celestino Corbacho. No habrá, por tanto, crisis de Gobierno, sino un relevo puntual obligado por las circunstancias. Los españoles, sin embargo, creen imprescindible una intervención de mayor alcance. Casi ocho de cada diez encuestados reclaman nuevas caras en el gabinete. Es la consecuencia lógica de la valoración de los ministros. Ninguno de ellos aprueba. El mejor parado es Pérez Rubalcaba, con 4,3 puntos. Pero es que doce de ellos no alcanzan ni el 4, con Bibiana Aído como la peor, con un 2,8, toda una censura a su trabajo.

El inmovilismo político lanza un mensaje inquietante a una sociedad con graves problemas y carencias como la española. Las perspectivas no son buenas y la recuperación está lejos, más todavía cuando las previsiones internacionales auguran una ralentización de la reactivación económica. El país tiene potencial suficiente para superar la crisis, pero se necesita un giro de 180 grados en la gestión. Este Gobierno ha demostrado que su tiempo estaba agotado. La necesaria alternancia política actuaría con un efecto regenerador e ilusionante. Pero lo cierto es que las próximas elecciones generales están demasiado lejanas para lo que este país necesita.